lunes, 23 de septiembre de 2013

Apuntes sobre Unicidad


Por Álvaro Torres Forero
Tomado del libro El Ministerio Peldaño a Peldaño Tomo 2 - Lección 1.7


E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, Predicando a los gentiles, Creído en el mundo, recibido arriba en gloria”. 1 Timoteo 3:16

“…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que están en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Juan 1:18

“...Reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro”. Deuteronomio 4:39

El tratar explicar que Dios estaba en Cristo, es dedicarse a explicar la escritura para mirar la forma en que Dios estaba en el Cristo. Así terminaré dando una explicación equivocada, porque me olvidaría de las otras escrituras que dan la dimensión de esa forma de estar, porque 1 Timoteo 3:16 dice que Dios fue “manifestado”, entonces ya el estar, tiene una dimensión de manifestación de Dios en Cristo y Colosenses 2:9 dice “Porque en él “habita” corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Acá la palabra “habitar” también es una dimensión de estar.

Estar no me da la idea de permanencia necesariamente, pero la palabra habitar subraya un hecho: Está de manera permanente. Así que cuando hablamos de la manifestación de Dios en carne, no podemos pensar que es como si un cilindro se metiera dentro de otro más grande o un poco de agua en una botella, donde la botella y el agua son total e intrínsecamente diferentes y no se mezclan de ninguna manera; son efectivamente agua y botella, y así ellos no serían una unidad, sino serían una compañía. Lo que Dios nos dice es que él fue hecho carne. En San Juan dice que el verbo fue hecho carne, lo que equipara la palabra verbo con la palabra Dios, porque el que fue manifestado en carne fue Dios, también el que fue manifestado en carne fue el verbo. Así es comprensible que Juan dijera “El verbo era Dios” porque quien se manifestó en carne fue Dios; quiere decir “El verbo es Dios”, porque él es el que hace esa manifestación entre los hombres.

En el caso de Romanos 9:5; se nos está hablando de la ascendencia de Cristo, es decir, de dónde viene el Cristo. Dice que según la carne viene de los Patriarcas, ese es un hecho que no lo aportamos nosotros sino que lo aporta el apóstol Pablo. Según la carne, Cristo vino de los Patriarcas, pero al mismo tiempo él es Dios sobre todo, entonces, es innegable esa Dicotomía en Cristo, de pronto el problema de los teólogos ha sido tratar de explicar la manera en que Cristo, fue hombre o cómo llegó a ser hombre, pero no hay duda, si creemos el testimonio de la Biblia: “que Dios se manifestó en carne” y asumió la naturaleza humana con todas sus consecuencias; no es asunto de ponernos a pensar en ¿Cómo Dios iba a nacer? Siendo Dios; porque al asumir la naturaleza humana tenía que experimentar el nacimiento, porque los seres humanos nacen; y si quería participar de la naturaleza humana tenía que sujetarse al proceso de crecimiento y aprendizaje, la Biblia dice que “Jesús crecía en estatura, y en gracia, y en sabiduría”, lo cual implica la maduración de la mente y el conocimiento, así que, a nosotros nos parece difícil o imposible entender que el Dios Todopoderoso se halla sometido a ese proceso, negándose a sí mismo la capacidad de omnisciencia de por sí, pero él no renunció a ella en su divinidad, porque la divinidad nunca deja de ser. Él sencillamente se manifestó en carne y ese ser humano, manifestación de Dios, estaba sujeto a la ley (a la ley divina y a la ley natural) tenía que comer, tenía que descansar, tenía que dormir, tenía que transportarse, no podía él arrogarse el derecho de ser omnipresente, porque eso le quitaría el carácter de humano. Así que, es importante que nosotros aceptemos que Dios se manifestó en carne, asumiendo las condiciones humanas, “… porque era necesario, que así como los hijos participan de carne y sangre, él también participara de lo mismo…” al punto de que él también probó la muerte por ellos ya que ellos tenían que probar la muerte “…porque está establecido que los hombres mueran una vez…” que termine la existencia con la muerte, la existencia física, (entonces eso también probó).

Es inadmisible que nosotros digamos que en el calvario murió Dios, porque entonces, el hombre Cristo no estaría supliendo la experiencia humana; además, si Dios murió en el Calvario, entonces a quién le está entregando Cristo su espíritu, porque él dice: “Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu”, obviamente el hombre Jesucristo estaba haciendo lo que todos los hombres harían a la hora de enfrentarse con la muerte; Esteban dijo: “Señor Jesús recibe mi espíritu” (Hechos 7:59), porque eso es lo que todos los seres humano tienen que hacer para que el polvo vuelva a la tierra y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. No se puede admitir la expresión “Dios murió, porque Dios tendría que dejar de ser y entregar el Espíritu a sí mismo, cuando ya no existía, sería una contradicción confusa: Sencillamente la manifestación de Dios en carne, era lo que decía ser: “¡El hijo del Hombre!”.

EL MISTERIO QUE PERMANECE

Misterio:

Cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe. Cualquier cosa que no se puede comprender o explicar.

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre…”. Deuteronomio 29:29

Desde el huerto el hombre se enamoró del conocimiento. El ser humano se rehúsa aceptar que algo le sea vedado, que él no lo pueda comprender o explicar.

Pero cuando hablamos de Dios, tenemos que estar preparados para aceptar lo inexplicable.

Dios es omnipresente. ¿Cómo puede Dios estar en todas partes? No podemos explicar cómo son sus moléculas o su composición corporal para poder explicarnos esta verdad.

¿Acaso podemos explicarnos la eternidad de Dios? Para él no hay presente, pasado, ni futuro. Lo que fue ayer, es igual a lo que será mañana. Esa terminología la utiliza cuando habla con nosotros. Solo por nuestro bien. Así que las cosas que permanecen en Jehová son un secreto para nosotros.

¿Cómo consiguió Dios que el mundo fuese? Él hablo y las cosas fueron. Pero los hombres que no creen han querido explicarlo y para ello se inventaron la teoría de la evolución. Porque así es cada vez que el hombre trata de reducir los misterios de Dios a la razón.

¿Cómo se detuvo el sol? ¿Qué implicaciones cósmicas tiene este hecho? Yo he escuchado a muchos “Maestros” tratando de explicar, en defensa de Dios, cómo pudo haber ocurrido. Todo porque no pueden creer.

¿Cómo pudieron las moléculas de agua convertirse en vino? ¿Cuál sería la explicación racional  de este fenómeno? ¿Cómo pudo detenerse el río en contra de la ley de la gravedad? ¿Por qué no se desbordó? ¿Por qué los peces no murieron? “¿Qué tuviste, Oh mar, que huiste y tú Jordán que te volviste atrás?”

¿Podrá alguien dar una explicación lógica para que flote el hacha? ¿Para que un músculo que no recibe suficiente irrigación sanguínea, y unos huesos que nunca han soportado el peso del cuerpo; y unas piernas mal formadas por falta de uso y de una posición viciada por toda la vida, pueda de repente y sin operaciones, ni fisioterapias, cobrar firmeza y estabilidad para que su dueño se levante y salte de alegría para alabar a Dios?

¿Cómo es posible y qué explicación lógica puede tener el hecho de que un cuerpo putrefacto y con vísceras en descomposición pueda recobrar la vida?

El espacio y el tiempo me faltarían para intentar explicar cada uno de los milagros de Jesús. Tratar de racionalizar los misterios de Dios ha sido el camino que han tomado los incrédulos; y estos siempre terminan inventando una teoría que es más increíble e inverosímil que el misterio que intentan explicar. ¡Un milagro es un milagro! Lo es por inexplicable. Es preciso creer “que por estos 40 años no se envejecieron tus vestidos ni se gastaron tus zapatos”.

La Biblia dice: “Grande es el misterio de la piedad”. No solo es un misterio, “es un gran misterio”.

Esta ha sido la verdad que ha hecho discutir más a los cristianos. Cada vez que algún teólogo o pensador ha intentado explicar, a lo largo de la historia, cómo Dios se hizo carne, el cristianismo ha enfrentado una crisis. Porque esto es un misterio. Es un misterio doble. ¿Cómo un ser divino, eterno e ilimitado se hizo hombre? Es inexplicable. ¿Cómo se formó en el vientre de María?, nunca nadie lo sabrá. Nadie le hizo una ecografía. Nadie introdujo una cámara de televisión para monitorear el proceso. Todo eso es especulación. La única verdad de fe es que “él se hizo carne”. A la pregunta de ¿cómo?, la respuesta es Lucas 1:35: “El Espíritu santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra…”. Algunos intentos de explicación de este misterio han resultado ofensivos diciendo que Dios tuvo una relación sexual con María, lo cual es por lo menos blasfemo.

La otra, intentando ser más santa y más cristiana, ha llegado al dogma Católico Romano, de la concepción inmaculada de María, diciendo que Jesús nació como pasa un rayo de luz por un cristal, sin romperlo, ni mancharlo y añadiendo que María tuvo que ser concebida sin pecado original. Ahora, la pregunta sería esta ¿si Dios pudo hacer que María, de Padres humanos, no se contaminara del pecado de sus padres? ¿Por qué no podía hacer una excepción a partir de Cristo? De pronto nuestro problema es que no sabemos cómo se transmite el pecado. Como el caso de los hombres es el mismo para todos, no tenemos explicación de cómo sería si alguien no naciera exactamente de la misma manera. Como en el caso de Cristo, cuyo Padre es el Espíritu Santo. El pecado no es un asunto físico, no es inherente a la carne, porque Adán fue carne, sin que por ello tuviera que ser pecador. El pecado fue hecho posterior a su existencia como hombre. De todos modos si discutiéramos la posible contaminación de Cristo por haber nacido de una mujer, nos quedaría aún un problema por resolver.

Jesús vivió aquí, todo lo que hay en este mundo está contaminado. Todos los animales mueren, las plantas también. ¿Por qué? La muerte se da solo por una razón: Dios lo encerró todo bajo pecado. Entonces nos preguntaríamos, cuando Cristo comía, ¿no comía? ¿Era él un verdadero ser humano o su digestión no era real? ¿Por qué entonces cuando quiso demostrar que él era real, pidió de comer y le dieron pescado?, o ¿será que los Testigos de Jehová tienen razón y Cristo no resucito en verdad, sino sólo en Espíritu? ¿Fue la resurrección un engaño? ¿Murió Cristo realmente? ¿En verdad se hizo pecado por nosotros? ¿Para qué nos dan la genealogía de Jesús? ¿Para qué el apóstol Pablo se esfuerza en demostrar que Cristo, según la carne, desciende de los Patriarcas, pero que también es Dios? (Romanos 9:5) “Porque un niño no es nacido, hijo nos ha sido dado…” Isaías 9:6.

¿Por qué el evangelista Lucas se toma el trabajo de decirnos que Jesús era “hijo, según se creía, de José…”? (Lucas 3:23)

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!  Romanos 11:33

Es hora de creerle a Dios. –La encarnación es el milagro más grande de que habla la Biblia y es y siempre será eso: ¡un milagro!

Lo que no se puede dudar bajo ninguna circunstancia es que Cristo es un humano real. Si así no fuera, tendríamos que replantearnos toda la relación con Dios. Tendríamos que preguntarnos si lo podemos creer o no al Dios Todopoderoso. La Biblia dice que “Él sufrió el castigo de nuestra paz…”. Todo el drama de Getsemaní y del Calvario… ¿fue todo un teatro? “Cristo padeció, el justo por los injustos…” Jesús dijo: “Pero a mí queréis matarme, hombre que os he hablado la verdad…”. Creamos con sencillez: “Jesús es hombre y es Dios” y esto se constituye en:

¡El Gran Misterio que permanece!