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martes, 24 de abril de 2012

El Movimiento Pentecostal Moderno


Por David K. Bernard
Capítulo 1 del Libro Historia de la Doctrina Cristiana Volumen III

Traducido por Julio César Clavijo y Jorge Isaac Manzano          
La Misión de la Fe Apostólica de la Calle Azusa (de los Ángeles, California, Estados Unidos), es considerada la cuna del Movimiento Pentecostal Moderno 

El primer día del siglo XX marcó el comienzo de un nuevo movimiento en el cristianismo, que se propagó por todo el mundo durante los cien años siguientes. En este último siglo, más personas se identifican con este movimiento Pentecostal que con cualquier otra etiqueta de la cristiandad, con excepción de la Iglesia Católica Romana. 

Aunque el movimiento Pentecostal moderno fue un nuevo desarrollo histórico-espiritual, no era nuevo en absoluto, pero trató de restaurar la doctrina y la experiencia de los apóstoles y de la iglesia del primer siglo. Si bien en muchos aspectos tuvo éxito, en muchos aspectos la mayoría de los adherentes ha incumplido con su promesa original. Pero su final no ha llegado todavía.

La historia comienza con Charles F. Parham, predicador de una organización independiente de santidad y fundador de una pequeña escuela bíblica. Él y sus estudiantes empezaron a estudiar el bautismo del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. Para entender su motivación, primero debemos entender el movimiento de santidad. En el capítulo 13 de Historia de la Doctrina Cristiana, Volumen 2, se habla sobre el Movimiento de Santidad y de cómo estableció el escenario para los pentecostales, que presentamos a continuación en un breve resumen. 

Raíces del Movimiento de Santidad

El Movimiento de Santidad surgió dentro del protestantismo conservador de los Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XIX. Fue un renacimiento de los principios fundadores del metodismo, que se desarrolló desde el ministerio de Juan Wesley, un predicador del siglo XVIII en la Iglesia de Inglaterra.

La doctrina distintiva del Movimiento de Santidad, fue la enseñanza de Wesley de la entera santificación, que los metodistas habían abandonado en gran medida en ese momento. De acuerdo con esta doctrina, cuando un pecador cree en Jesús, se convierte y se justifica, y recibe el perdón de todos los pecados. No obstante, él está todavía dominado por su naturaleza pecaminosa, hasta que recibe la entera santificación o la perfección cristiana. Esta obra divina purifica sus motivos, sus deseos y sus pensamientos. Él aún conserva la capacidad de pecar, pero su naturaleza interna (la naturaleza pecaminosa heredada de Adán) ya no es una fuente de tentación. Wesley hizo hincapié en un proceso continuo de santificación con la meta de la perfección cristiana, pero más tarde, el Movimiento de Santidad hizo hincapié en la santificación como una experiencia crítica. En esencia, los grupos de santidad enseñaron que todos deben buscar dos experiencias distintas con Dios, conocidas como las obras de la gracia: La conversión y la santificación.

Como la gente del Movimiento de Santidad estudió la Escrituras, en particular el Libro de Los Hechos, se dieron cuenta de que los discípulos fueron bautizados con el Espíritu Santo y comenzaron a equiparar la entera santificación con el bautismo del Espíritu Santo. Ellos no asociaron necesariamente esta experiencia con el hablar en lenguas, aunque entre ellos, hubo algunos casos de hablar en lenguas, como se habían dado anteriormente entre los metodistas.

Un número de personas del Movimiento de Santidad de finales del siglo XIX, comenzaron a proclamar una vista alternativa de la santidad. El efecto práctico era el mismo, pero el enfoque era algo diferente. Negaron que la naturaleza interna del pecado fuera erradicada en esta vida, pero proclamaron que por su Espíritu, Dios da a los cristianos el poder para superar y eliminar la influencia de la naturaleza pecaminosa. Este punto de vista es a veces denominado la santidad de Keswick, por el nombre de una parroquia, donde se celebraron reuniones para promover la enseñanza.

Los partidarios de esta posición, exhortaron a todos los cristianos a buscar un encuentro distinto con el Espíritu de Dios en el que recibirían poder para el servicio cristiano y poder para dar frutos espirituales. Éste podría recibirse durante la conversión o después de ella. Posteriormente, deberían vivir en la plenitud del Espíritu y participar de la altura de la vida cristiana. Estos maestros también comenzaron a utilizar la terminología bíblica de ser "bautizados con el Espíritu Santo", para esta experiencia crítica. 

Un grupo estadounidense que se alineó con el pensamiento de Keswick, fue La Alianza Cristiana y Misionera, una organización evangélica fundada en 1887 por el ministro presbiteriano A. B. Simpson. Proclamó una visión cuádruple del evangelio de Jesús, como el Salvador, el Sanador, el Santificador y quien viene otra vez. Muchos ministros de esa organización, entraron en el Movimiento Pentecostal.

En resumen, los partidarios de ambos, del perfeccionismo wesleyano y de la santidad de Keswick, defendieron una vida de santidad, pero los primeros enfatizaron en la erradicación de la carne, mientras que los últimos hicieron hincapié en la investidura de poder para someter a la naturaleza pecaminosa. Ambos grupos utilizaron mucho la misma terminología, animando a las personas que se habían arrepentido a que buscaran el bautismo del Espíritu Santo, para que pudieran obtener la victoria sobre el pecado y pudieran hacer la voluntad de Dios.

Hubo un fuerte llamado para volver a las doctrinas y prácticas de los apóstoles y de la Iglesia, registradas en el Nuevo Testamento. En la descripción de este deseo, el adjetivo "Pentecostal" se convirtió en común, y el llamado era a "Volver al Pentecostés". Algunos líderes comenzaron a presionar por la restauración de los dones espirituales, incluyendo la profecía, la sanidad y los milagros. Una minoría de personas del Movimiento de Santidad, incluida La Iglesia de Santidad Bautizada por Fuego, comenzaron a buscar "el Bautismo del Espíritu Santo y fuego" como una tercera experiencia crítica, pero de nuevo no la asociaron con las lenguas. 

Charles Parham y el Derramamiento de Topeka
Charles Parham 

En este ambiente, Charles Fox Parham (1873-1929) abrió el Instituto Bíblico Bethel en Topeka, Kansas, el 15 de octubre de 1900, a la edad de veintisiete años. Al final del primer nivel, Parham motivó a sus estudiantes a encontrar la prueba bíblica para el bautismo del Espíritu Santo. Juntos concluyeron que la evidencia inicial es hablar en lenguas (idiomas desconocidos para los oyentes) según como el Espíritu dé que se hable (Ver Hechos 2:4; 10:45-46; 19:6).

Al amanecer del siglo XX, Parham llevó a cabo reuniones de oración con sus alumnos. En la noche del 1º de enero de 1901, Agnes Ozman (1870-1937), una misionera de la ciudad de Topeka y estudiante de la escuela bíblica, pidió a Parham que impusiera las manos sobre ella para que pudiera recibir el Espíritu Santo. Cuando Parham lo hizo, ella comenzó a hablar en lenguas. El 3 de enero, Parham, su esposa y doce estudiantes ministeriales, también recibieron el Espíritu Santo con la señal de las lenguas.

Los nuevos pentecostales, llegaron a la conclusión de que la experiencia que habían recibido, era algo mayor que lo que el Movimiento de Santidad había enseñado. Parham pensaba en ello como una tercera experiencia crítica, tal como se expresa en el testimonio común de los primeros pentecostales: "Gracias a Dios, yo soy salvo, santificado, y lleno del Espíritu Santo". Él creyó que esta era una dotación de poder para el servicio, y por primera vez pensó que el hablar en lenguas ayudaría a fortalecer las misiones extranjeras.

Parham llamó a su nuevo grupo, El Movimiento de la Fe Apostólica, y publicó un periódico llamado La Fe Apostólica. El grupo llevó a cabo reuniones en Kansas y Missouri, pero al principio no creció rápidamente. Un avance significativo se produjo en el otoño de 1903 en Galena, Illinois. Una mujer de la ciudad estaba casi completamente ciega debido a una enfermedad ocular. Después de que ella fuera sanada instantáneamente en uno de los servicios de Parham, en Eldorado Springs, Missouri, lo invitó a realizar reuniones en Galena. Allí, más de ochocientas personas fueron bautizadas en agua, cientos recibieron el Espíritu Santo, y por lo menos mil personas testificaron que fueron sanadas. 

Uno de los convertidos en este resurgimiento, fue Howard Goss (1883 - 1964), quien se convertiría en uno de los fundadores de las Asambleas de Dios y más tarde en el primer superintendente general de la Iglesia Pentecostal Unida. Él era un "infiel" (ateo), sin embargo cuando visitó la reunión de Parham, declaró: "Este ha sido mi primer contacto… con el cristianismo de cualquier tipo… Creo que le debo mi conversión al cristianismo, a las personas a las que he oído hablar en otras lenguas". [1]

Como consecuencia de este avivamiento, Parham puso en marcha varias iglesias en Kansas, Missouri y Oklahoma. La sede central de su movimiento, estaba en Baxter Springs, Kansas, un pequeño pueblo cerca de Galena.

En 1905, Parham recibió una invitación para celebrar servicios en Orchard, Texas, a unos cuarenta kilómetros al oeste de Houston. Muchas personas se convirtieron. El avivamiento se propagó por todo este lugar y llegó a Houston, donde Parham llevó a cabo los servicios en un auditorio del centro. Allí, el movimiento tuvo gran éxito después de que una mujer muy conocida fue sanada levantándose de una silla de ruedas. Debido a la tremenda respuesta, Parham abrió muy pronto en Houston, una escuela de formación bíblica a corto plazo.

Goss llegó a Houston a trabajar con los estudiantes, aunque aún no había recibido el Espíritu Santo. En abril de 1906, él y otras dieciséis personas recibieron el Espíritu Santo mientras viajaban en un tren desde Orchard a Alvin, Texas. Goss habló en lenguas durante una semana, y sólo hasta dos semanas después, él pudo predicar otra vez en inglés. El avivamiento continuó su expansión por todo el área de Houston y por otras partes del Estado de Texas. Parham, nombró a Goss como supervisor de la obra en Texas.

En 1907, surgió una controversia entre algunos de los nuevos obreros de Texas, en cuanto a si el hablar en lenguas era invariablemente la evidencia inicial de recibir el bautismo del Espíritu, o simplemente, uno de los nueve dones del Espíritu. Después de un debate en Waco, el grupo fue convencido de que las lenguas eran la evidencia inicial. Algunos de ellos, sin embargo, decidieron buscar la confirmación en un avivamiento en San Antonio. El Pentecostés no había llegado aún a esa ciudad y nadie había hablado en lenguas como la evidencia inicial. El grupo condujo el avivamiento predicando sobre el bautismo del Espíritu Santo, pero nunca mencionaron las lenguas o cualquier otra "evidencia". Goss relató el resultado: "Ninguno de los buscadores esperaba cualquier manifestación extraordinaria. Sin embargo, no hubo ninguna diferencia. Todos ellos también hablaron en lenguas según como el Espíritu les daba que hablasen cuando recibieron el Espíritu Santo. Esto satisfizo incluso a los más escépticos de entre nosotros" [2]

En 1906, Parham llevó el mensaje Pentecostal a la ciudad de Zion, Illinois. Esta ciudad, era una comunidad religiosa cerca de Chicago, fundada por John Alexander Dowie, un prominente evangelista que tenía el don de sanidad y que fue el organizador de un grupo de santidad al que llamó Iglesia Católica Cristiana. Recientemente, Dowie había sido desacreditado por causa de una mala gestión financiera, su autoritarismo y su cada vez más excéntrico comportamiento, y había perdido el control de su movimiento. Parham convirtió a muchos de sus seguidores al mensaje pentecostal, incluyendo a muchos ministros. Sin embargo, los nuevos líderes se opusieron a él enérgicamente. 

Desde los avivamientos promovidos por Parham en Kansas y Texas, el Movimiento de la Fe Apostólica creció a cerca de 13.000 personas en 1906. [3] En 1908, había cerca de 25.000 seguidores bajo el liderazgo de Parham. [4]
La Doctrina de Parham
Charles Parham confirmó la mayor parte de las doctrinas del Protestantismo conservador, incluyendo la inspiración y la infalibilidad de la Escritura, la trinidad, la existencia de ángeles y demonios, la creación y la caída de la humanidad, la Encarnación y la Expiación, la salvación por gracia mediante la fe en Jesucristo, y la Segunda Venida. Tomó el punto de vista Wesleyano, Arminiano de la gracia, rechazó la elección incondicional y la seguridad eterna incondicional.
Al igual que el movimiento de Santidad, proclamó la santificación como segunda obra de gracia y enfatizó en la necesidad de una vida santa. Como parte de su enseñanza sobre la santidad, abogó por el pacifismo, al considerar que no era correcto matar a otro ser humano, incluso en la guerra.

Al igual que los fundamentalistas, Parham creía firmemente en el pronto regreso de Jesucristo a la tierra antes del Milenio. En su opinión, los acontecimientos de los últimos tiempos se producirían en el siguiente orden: la tribulación, el rapto, la Segunda Venida, el Milenio, y el Juicio del Trono Blanco. Practicó una interpretación literal de la Escritura.

Además del bautismo del Espíritu Santo con la señal inicial de las lenguas, Parham también creía en los dones sobrenaturales del Espíritu. Siendo un predicador joven, él recibió una sanidad espectacular, y creyó tan firmemente en la sanidad divina que no hizo uso de la medicina. Incluso en su lecho de muerte, rechazó la oferta de una enfermera para darle medicamentos para el dolor.

En algunas áreas, Parham abrazó las doctrinas que no fueron generalmente aceptadas en el protestantismo o en el movimiento Pentecostal. Enseñó el israelismo-británico: los británicos y sus descendientes eran las tribus perdidas de Israel y, literalmente, iban a heredar las promesas de Dios para Israel. Él también enseñó la aniquilación: los perdidos no existirían eternamente en el lago de fuego, sino que serían destruidos completamente. Cuando se le acusó de no creer en el infierno, él respondió que creía en el infierno más que sus críticos, él creía en un infierno tan caliente que quemaría por completo a aquellos que vayan allí. También pensaba que algunos paganos podrían heredar la vida en la tierra nueva en lugar de la destrucción en el lago de fuego si vivieron una vida buena de acuerdo al conocimiento que tenían.

Parham adjunta una enorme importancia al bautismo del Espíritu Santo. Él sostuvo que era el cumplimiento de la profecía de Joel de la lluvia tardía, una señal de la pronta venida del Señor, el bautismo que da a las personas completa entrada a la iglesia, una dotación vital de poder que permitirá a la iglesia evangelizar el mundo antes del regreso del Señor, y el sello de protección durante la Tribulación. Esto es el "evangelio completo" y la "salvación plena" [5].
Veintiún días después del derramamiento del Espíritu Santo, Parham predicó un mensaje en Kansas City, Missouri, que explicaba sus puntos de vista: [6]
Cuando vino el poder de Pentecostés, encontramos lo real, y todos los que han recibido el bautismo del Espíritu Santo han vuelto a hablar en lenguas. . . .
Miles de cristianos profesan. . . el Bautismo del Espíritu Santo, sin embargo, la evidencia bíblica falta en sus vidas. . . .
Si usted desea un bautismo personal del Espíritu Santo, el sello de poder para escapar de las plagas, y que lo pondrá en la posición para ser parte del Cuerpo, la novia o el hijo varón, busque el Espíritu Santo.
El Bautismo del Espíritu Santo de la promesa es el que sella a la novia y el mismo bautismo que nos pone en un cuerpo, (la Iglesia). . . .
El hablar en otras lenguas es parte inseparable del Bautismo del Espíritu Santo que lo distingue de todas las obras anteriores, y. . . nadie ha recibido el bautismo del Espíritu Santo, sin tener una evidencia Bíblica para demostrarlo. . . .
El hablar en nuevas lenguas. . . [es] la única señal Bíblica dada como evidencia del bautismo del Espíritu Santo.
Parham equiparó "el sello del Espíritu Santo de la promesa (que se evidencia con el hablar en lenguas) "con ser" bautizados por el Espíritu Santo en un solo Cuerpo, la gloriosa Iglesia redimida". [7] Las personas que creen en Jesús pueden ser salvas en un sentido menor, sin esta experiencia, pero van a soportar los rigores de la Tribulación. Si reciben "el sello del Espíritu Santo", "escaparán del poder del Anticristo, como también de las plagas y de la ira. "Pero" si no reciben un Pentecostés personal serán obligados a aceptar, ya sea la marca de la Bestia o sufrir el martirio". [8]
Por otra lado, en la eternidad, los creyentes que no reciban el Espíritu habitarán la tierra nueva en lugar de los cielos nuevos. "Jesús [va a] tomar un pueblo para su nombre, a través de la santificación, habiendo nacido del agua y del Espíritu, el cual verá el Reino de Dios; Cristo se dio a sí mismo por la Iglesia". La iglesia recibirá "la vida eterna espiritual y la inmortalidad" en los "cielos nuevos". Por el contrario, los cristianos que "no son santificados", así como "muchos paganos" simplemente recibirán la "vida eterna humana" sobre"la tierra nueva". [9]
En 1902, Parham publicó el mensaje anterior y sus enseñanzas en un libro titulado Una voz que clama en el desierto. En el mismo libro, Parham también escribió que años antes Dios había impreso en él la importancia del bautismo en agua. Bajo la influencia de la enseñanza de los Cuáqueros, él no había practicado el bautismo, pero un día Dios le habló sobre la obediencia a todos Sus mandamientos. Parham específicamente pensó en el mandamiento en Hechos 2:38 de ser bautizado, y fue bautizado al día siguiente. Sin embargo, algún tiempo después, fue persuadido de que "la inmersión trina"— triple inmersión con la fórmula trinitaria— era la correcta.
Después de abrir su Instituto bíblico, pero aparentemente antes del derramamiento del Espíritu Santo (desde el 1º de enero de 1901), Parham se dio cuenta de que la inmersión trina no era bíblica. Por lo tanto, comenzó a bautizar a los convertidos por inmersión única en el nombre de Jesucristo, y asoció esta práctica con la confesión de la deidad de Cristo, en contraste con la enseñanza de la teología liberal. He aquí el relato de Parham: [10]
Durante años, después de entrar al ministerio, enseñábamos que no se requería el bautismo en agua, creyendo que el bautismo del Espíritu Santo era lo único esencial, pusimos la cuestión del bautismo en agua a un lado cuando fuimos una y otra vez ungidos maravillosamente y recibimos la unción que permanece.
“Un día, mientras meditábamos en el bosque, el Espíritu nos dijo:-¿Han obedecido todos los mandamientos que deben creer para estar en la Palabra de Dios?
Respondimos: Sí; La pregunta fue repetida y dimos la misma respuesta. La tercera vez que se hizo la misma pregunta, contestamos: No. –Tras una inundación de pruebas convincentes, la necesidad de obedecer se precipitó sobre nosotros, como dijo Pedro: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo [Hechos 2:38]. ¿No era éste el bautismo?
Luego vino la segunda, y recibiréis el don del Espíritu Santo. De igual manera, Pedro procedió inmediatamente a bautizar a Cornelio y a toda su casa, quienes habían recibido el bautismo del Espíritu Santo, con la evidencia bíblica de hablar en lenguas. Dejando a un lado todos los argumentos, él dijo:
¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? (Hechos 10:47).
Pablo no reconocía como suficiente el bautismo de Juan para arrepentimiento, sino que los bautizó en el nombre del Señor Jesucristo antes de poner las manos sobre ellos para que recibieran el bautismo del Espíritu Santo.
Estas y otras Escrituras fueron tan convincentes, que al día siguiente fuimos bautizados por inmersión única.
Años después, a través de la lectura de muchos argumentos y debates sobre la inmersión trina [nosotros] fuimos convencidos intelectualmente de que esta era la correcta, y persuadimos a muchos hijos de Dios a ser bautizados de este modo, a pesar de que nunca fuimos bautizados por trina inmersión.
Sin embargo hace unos dos años [1900], encontramos lo que nosotros habíamos buscado... La limpieza de todas las enseñanzas no bíblicas.... Bien podemos recordar que cuando buscamos a Dios para que nos limpiara, cómo algunas de las enseñanzas que habíamos creído que eran escriturales, y algunas de las que habíamos amado tanto y habíamos preservado y propagado, fueron borradas de nuestras mentes.
Entre ellas se encontraba la inmersión trina; si nosotros hubiéramos sido capaces de discutir sobre este asunto durante una hora, no habríamos encontrado después un solo argumento a su favor. De hecho, durante un mes, nada a favor o en contra vino sobre este tema, hasta que un día en el Instituto Bíblico estábamos esperando en Dios que pudiéramos conocer la enseñanza escritural sobre el bautismo en agua. Finalmente, el Espíritu de Dios nos dijo: "Somos sepultados por el bautismo en su muerte". Nosotros sabíamos acerca de esto desde hace años, pero una vez más el Espíritu nos dijo: "Dios Padre y Dios el Espíritu Santo nunca murieron".
Entonces rápidamente reconocimos el hecho de que nosotros no podíamos ser sepultados por el bautismo en el nombre del Padre y en el nombre del Espíritu Santo, porque esto no representaba nada, ya que ellos nunca murieron o fueron resucitados....
Así que si deseas atestiguar una confesión pública de una limpia conciencia delante de Dios y de los hombres, y la fe en la divinidad de Jesucristo, debes ser bautizado por inmersión única, lo que significa la muerte, sepultura y resurrección, siendo bautizado en el nombre de Jesús; en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; ellos son uno, cuando en Cristo tú te conviertes en uno con todos.
Howard Goss declaró que Parham lo bautizó en el nombre de Jesucristo en 1903. [11] Parham publicó el anterior relato nuevamente en 1910, lo que indica que tal vez en ese momento todavía estaba bautizando en el nombre de Jesús. Sin embargo, como muchos ministros entraron al creciente Movimiento, en aras de la unidad Parham volvió a la tradicional fórmula trinitaria. Cuando surgió la controversia del Nombre de Jesús, Parham afirmó la teología trinitaria y denunció al Movimiento de la Unicidad.
William Seymour y el Avivamiento de la Calle Azusa
William Seymour y su esposa Jennie

En Houston, uno de los estudiantes de Parham fue William Joseph Seymour (1870-1922), un ministro de santidad de raza negra, que era ciego de un ojo. Nació en Louisiana, pero ahora vivía en Houston. A principios de 1906, Seymour viajó a Los Ángeles en respuesta a la invitación de una pequeña iglesia de santidad.

Seymour predicó el mensaje pentecostal en Los Ángeles, a pesar de que aún no había recibido el Espíritu Santo. El líder de la iglesia rechazó esta doctrina y prohibió a Seymour la entrada en su capilla (aunque más tarde aquel ministro se unió al movimiento). Sin embargo, Seymour continuó con servicios en los hogares de dos familias comprensivas: en primer lugar, en la casa de Edward Lee, donde se alojó; y luego en la casa de los Asberry, sobre la Calle Bonnie Brae.

El 9 de abril, Lee recibió el Espíritu Santo en su casa, mientras oraba con Seymour y Lucy Farrow. Farrow era una predicadora de santidad, de raza negra, de Houston, que había entrado en el Movimiento Pentecostal a través de Parham, y ella presentó a Seymour ante Parham. Ella era muy eficaz imponiendo las manos sobre las personas y orando por ellas para que recibieran el Espíritu Santo, y ella había llegado a Los Ángeles para ayudar a Seymour a lograr un avance.

Esa noche, durante el servicio sobre Bonnie Brae, cuando Seymour relató lo que acababa de suceder a Lee, el Espíritu Santo cayó. Jennie Moore (quien después se casaría con Seymour) y otros varios, recibieron el Espíritu Santo. Tres días más tarde, Seymour y otros, también recibieron el Espíritu.

El pequeño grupo alquiló un edificio antiguo de dos pisos, en la Calle Azusa, en el centro de Los Ángeles, y comenzó los servicios el 14 de abril. La Misión de la Calle Azusa, llevó a cabo servicios diarios durante tres años, desde 1906 hasta 1909. Se produjeron muchos milagros, sanidades y bautismos del Espíritu Santo. Está documentado que hubo resurrección de muertos. [12] Las reuniones se caracterizaron por el culto espontáneo, demostrativo y por un fuerte mover del Espíritu. Ellos se integraron racialmente, lo cual era una extraordinaria evolución en aquel tiempo de prejuicios raciales. Frank Bartleman (1871 - 1936), un evangelista de santidad y el cronista más importante del avivamiento, escribió, "La 'barrera del color', fue arrasada por la sangre" [13] Negros y blancos, hombres y mujeres, sirven en el liderazgo público y en las funciones ministeriales.

Si bien, Parham y sus estudiantes iniciaron el Movimiento Pentecostal Moderno en el siglo veinte, fue el avivamiento de la Calle Azusa la que difundió el mensaje Pentecostal en todas partes del mundo. En septiembre de 1906, Seymour comenzó a publicar la noticia del avivamiento en un periódico titulado “La Fe Apostólica”, que fue ampliamente difundido entre el Movimiento de Santidad y en muchos lugares. Los misioneros, ministros y miembros laicos de todo Estados Unidos y de todo el mundo, acudieron a Los Ángeles, recibieron el Espíritu Santo, y llevaron el mensaje a todas partes. Además, muchos de los que no podían asistir, al leer la noticia del avivamiento, pidieron a Dios y recibieron la misma experiencia.

El 18 de abril de 1906, Los Ángeles Timespublicó su primer informe del avivamiento. [14] El artículo se titulaba "Extraña Babel de lenguas", y tenía estos subtítulos: "Se desata nueva secta de fanáticos; Anoche, Salvaje Escena en la Calle Azusa; Burbujeo de Palabras Mudas por una Hermana". El primer párrafo dice:

"Exclamando expresiones extrañas y pronunciando un credo que parece que ningún mortal podría entender en su sano juicio, la nueva secta religiosa se ha iniciado en Los Ángeles. Las reuniones se celebran en una edificación ruinosa en la Calle Azusa, cerca de la Calle San Pedro, y los devotos de la extraña doctrina practican los ritos más fanáticos, predican las más salvaje teorías y obran ellos mismos en un estado de entusiasmo loco en su celo particular".

Más adelante en aquel día, una edición especial del periódico destaca el gran terremoto de San Francisco, en la que se informó que 452 personas perdieron la vida. Se incluyó el siguiente artículo en la página principal:

“Muchos fenómenos extraños fueron presenciados ayer por el presente reportero de la Misión de la Calle Azusa, cuando yo estuve allí para el servicio de adoración del domingo por la mañana. Lo que vieron mis ojos cuando entré en el pequeño edificio, parece ser lo suficientemente común. Sobre las viejas bancas de madera estaban sentadas unas veinte personas, la mayoría de la más baja escala social. Sin embargo, había un par de feligreses que parecían ser de la clase más rica. Todos ellos estaban frente al hombre de raza negra que estaba de pie detrás del esbelto púlpito de madera.

La "adoración" comenzó con la oración, una oración que se llevó a cabo de una manera totalmente extraña para mí. Todos levantaron las manos y los feligreses comenzaron a clamar de forma audible, dando gritos de "Amén", "Aleluya" y "Alabado sea el Señor".

El canto era también diferente, como ruidoso, bullicioso, y muchos de ellos fueron cantados en lugar de los himnos convencionales. Fui impresionado hasta mis raíces, cuando los asistentes a la Escuela Dominical dejaron sus asientos y empezaron a saltar y a correr por el edificio de la iglesia. En un momento durante el sermón, un silencio cayó sobre la congregación y un anciano comenzó a emitir sonidos guturales extraños. Esto, por supuesto, era la muy discutida "glosolalia", la supuesta oratoria en lenguas como la evidencia del Espíritu Santo.

Sorprendentemente después del sermón, la gente parecía bastante normal, socializando y hablando de la vida cotidiana. Me encontré con el pastor, el hermano Seymour, quien fue muy amable.

¿Cuál es mi conclusión?

Bueno, la adoración era sorprendentemente diferente, a diferencia de todo lo que había visto antes. Sería fácil decir que esto fue concebido por el mismo Satanás. Sin embargo, ya que los informes de lo acontecido en la Misión de la Calle Azusa se  extienden como la pólvora por todo el sur de California, vamos a dejar que el tiempo sea el juez.

Frank Bartleman, quien también había asistido a las reuniones en el hogar de los Lee y en el hogar de los Asberry en la Calle Bonnie Brae, escribió vívidos relatos de la Misión de la Calle Azusa. Él describió la adoración de la siguiente manera: [15]

“El Espíritu cayó con un "coro celestial" en mi alma. De pronto me encontré unido a los demás que habían recibido este “don” sobrenatural. Fue una manifestación espontánea y un éxtasis que ninguna lengua terrenal podría describir… En efecto, esta era una "nueva canción" en el Espíritu... Era a veces sin palabras, otras veces en "lenguas". El efecto fue maravilloso sobre las personas. Trajo un ambiente paradisiaco…

Al principio de "Azusa", no teníamos instrumentos musicales. De hecho, no sentíamos la necesidad de ellos… Todo era espontáneo… Todos los viejos himnos conocidos se cantaban de memoria, vivificados por el Espíritu de Dios. El más cantado fue posiblemente, "Mas el  Consolador Ha Venido". Los cantábamos con un corazón dulce, constituyéndose en una  experiencia poderosa. ¡Oh! ¡Cómo el poder de Dios nos llenó y nos emocionó! Entonces las canciones sobre "la sangre" eran muy populares... La "nueva canción" fue totalmente diferente, no era de composición humana.

El hermano Seymour, generalmente se sentaba sobre dos cajas de zapatos vacías, una encima de la otra. Por lo general él mantenía su cabeza inclinada hacia adentro al inicio de la reunión de oración. No había orgullo allí. Los servicios corrieron casi sin detenerse. Las almas buscaban encontrarse bajo el poder casi a cualquier hora, día y noche. El lugar nunca estuvo cerrado ni vacío. La gente vino para encontrarse con Dios… 

No había temas o sermones que fueran anunciados con tiempo, o alguna intervención especial para cierta hora. Nadie sabía lo que podría venir, lo que Dios iba a hacer. Todo era espontáneo, ordenado por el Espíritu… 

Cuando llegábamos a la reunión, evitabámos en lo posible todo contacto humano y saludo. Nosotros queríamos encontrarnos primero con Dios. Inclinábamos nuestra cabeza sobre alguna banca para orar y encontrarnos sólo con el Espíritu, a sabiendas de que no vivimos "según la carne".

Las reuniones comienzaban de manera espontánea, con testimonios, alabanza y adoración... Alguien podría hablar. De repente, el Espíritu caería sobre la congregación. Dios mismo hacía el llamado al altar. Los hombres caían por toda la casa, como muertos en una batalla, o corrían en masa hacia el altar, para buscar a Dios”.

La Fe Apostólica contenía la siguiente descripción en su publicación de noviembre de 1906. [16]

“Aquí usted encuentra un poderoso avivamiento pentecostal que va desde las diez de la mañana hasta cerca de las doce de la noche… 

Hay tal poder en la predicación de la Palabra en el Espíritu, que la gente se agita en las bancas. Viniendo al altar, muchos caen postrados bajo el poder de Dios, y con frecuencia salen hablando en lenguas. A veces el poder cae sobre las personas y son influidos por el Espíritu durante un testimonio o en la predicación y reciben la experiencia bíblica… 

Las demostraciones no son los gritos, los aplausos o saltar tantas veces, como se ve en las reuniones de campo. Hay una agitación como la que tenían los primeros cuáqueros y que los metodistas llamaron los "impulsos". Es al mismo tiempo bajo el poder del Espíritu, que usted ve las manos levantadas y oye hablar en lenguas. Mientras que se canta una canción aprendida desde el cielo con un rostro brillante, las lágrimas corren por los rostros. Muchos reciben el Espíritu a través de la imposición de manos… 

Niños pequeños de ocho a doce años, se vienen desde las bancas hacia el altar, declaran el bautismo del Espíritu Santo y hablan en lenguas… 

Es notable ver cómo [gente de] todas las nacionalidades se sienten libres… 

Ningún instrumento que Dios pueda usar, es rechazado en cuento a su color, su vestido o la falta de educación… 

El canto se caracteriza por la libertad… A menudo alguno se levantará y cantará una canción familiar en una nueva lengua...”...

La Doctrina de la Misión de la Calle Azusa 

La emisión de La Fe Apostólica de octubre de 1907 a enero de 1908 identificaba las siguientes siete enseñanzas como "los principios de la doctrina de Cristo": [17]

1. Arrepentimiento.
2. La fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
3. El bautismo en agua.
4. La santificación.
5. El bautismo del Espíritu Santo.
6. La segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.
7. El juicio final del trono blanco. 

La declaración de fe original publicada por la Misión enumeraba y examinaba seis temas: el arrepentimiento, la fe, la justificación, la santificación, el bautismo del Espíritu Santo, y la sanidad. Tres de ellos fueron claras experiencias críticas con Dios y parte de la salvación plena: [18] 

La Primera obra.La justificación es ese acto de la gracia gratuita de Dios por el cual recibimos la remisión de los pecados. Hechos 10:42, 43. Romanos 3:25.

La Segunda obra.La santificación es la segunda y última obra de la gracia. La santificación es ese acto de la gracia gratuita de Dios porque Él nos hace santos. . . . La santificación es la limpieza que santifica. . .

El bautismo del Espíritu Santo es un don de poder sobre la vida santificada, así que cuando lo conseguimos tenemos la misma evidencia que los Discípulos recibieron el día de Pentecostés (Hechos 2:3, 4), al hablar en nuevas lenguas.

Si bien los participantes de la calle Azusa consideraban que una persona fue "salva" por la "primera obra" de la gracia, antes de la santificación y el bautismo del Espíritu Santo, ellos hablaron de las tres experiencias como parte de "la salvación bíblica". El título y el subtítulo en la parte superior de la primera edición de La Fe Apostólicadice: "Pentecostés Ha Llegado: Los Ángeles, han sido visitados por un avivamiento de la salvación Bíblica y de Pentecostés como lo registra el libro de Los Hechos" [19]. La edición de noviembre de 1906  de La Fe Apostólica describe el bautismo del Espíritu Santo como "la verdadera salvación bíblica", "la señal del premio del supremo llamamiento en Cristo Jesús", y "el cielo en nuestras almas". [20] En 1908, William Seymour escribió: "Si usted está santificado y bautizado con el Espíritu Santo y fuego, ya está casado con él. Dios tiene un pueblo a la altura de la norma Bíblica en esta gran salvación. Bendito sea su santo nombre. ¡Amén!" [21]

Después de Parham, Seymour cita con frecuencia la parábola de las diez vírgenes para enfatizar la importancia del bautismo del Espíritu Santo. En su interpretación, el aceite de las cinco vírgenes prudentes es el Espíritu Santo. Por lo tanto, sólo las personas que han sido bautizadas con el Espíritu Santo van a subir en el Rapto y disfrutarán de la cena de las bodas del Cordero. Los cristianos que no han recibido el Espíritu Santo tendrán que soportar la tribulación y ser martirizados. Él explicaba: [22] 

Aquellos a quienes se les permitirá entrar en [la cena de las bodas del Cordero] serán aquellos que sean justificados, santificados y bautizados con el Espíritu Santo, sellados para el día de la redención. . . . Primero que todo, necesitamos conseguir el aceite, el Espíritu Santo. Cada cristiano debe ser bautizado con el Espíritu Santo para sí mismo. . . . Ahora es el tiempo para comprar el aceite, es decir, por si tarda la venida del Señor Jesús y recibir el bautismo del Espíritu Santo. . . .

Los que se queden en el rapto y todavía demuestren fidelidad a Dios y no reciban la marca de la bestia, sin embargo tendrán que sufrir el martirio, serán levantados para reinar con Cristo. . . . Por demostrar ser fieles hasta la muerte, ellos serán levantados durante el milenio, y reinarán con Cristo. Pero los que seamos arrebatados a la cena de las bodas del Cordero escaparemos de las plagas que vendrán sobre la tierra. . . .

Queridos hermanos, las únicas personas que se reunirán con nuestro Señor y Salvador Jesucristo e irán con Él a la cena de las bodas del Cordero, son las vírgenes prudentesno sólo salvados y santificados, con un corazón puro y limpio, sino teniendo el bautismo del Espíritu Santo.

Los artículos de La Fe Apostólica, afirmaban que las personas que continuaban caminando con Dios recibirían el mensaje y la experiencia del Espíritu Santo, y advertían que aquellos que rechazaban el mensaje y la experiencia se podrían perder: [23]

• Amigos, si ustedes profesan conocer el Espíritu de Dios y no lo reconocen cuando él viene, estas son razones para que ustedes se sientan inseguro de su propia condición espiritual.
• Los hombres y mujeres que están caminando en la luz pueden ver fácilmente que esto es de Dios.
• Muchos miembros de la iglesia están pagando su camino al infierno. Ellos están pagando a los predicadores para que prediquen contra el bautismo del Espíritu Santo. Están envenenados contra la verdad y están condenando sus almas. La gente necesita el bautismo del Espíritu Santo para que puedan conocer a Dios.
• Después del juicio del trono blanco, vamos a  ver a los hombres y mujeres que han despreciado esta santidad y bautismo, serán lanzados al infierno ardiente. . . . O, aceptan esta salvación.
• ¿Cómo se librará usted del infierno si tropieza con este precioso Evangelio, si pasa por alto este Evangelio al cual Dios ha concedido señales y prodigios para que le sigan?

Los participantes de la calle Azusa hablaron del bautismo del Espíritu Santo como el punto de inflexión decisivo en sus vidas. Aunque identificaron experiencias previas de conversión y santificación, sus testimonios por lo general describen el bautismo del Espíritu Santo como el momento en que experimentaron el poder de la salvación completa en Jesucristo: [24]

Adolfo Rosa (ministro metodista portugués de las Islas de Cabo Verde): "Todo el orgullo, y el ego, y la presunción desaparecieron, y yo estaba realmente muerto para el mundo, porque yo tenía a Cristo en su plenitud, morando en mí".
William Durham (prominente pastor en Chicago): "Entonces yo tenía tal poder sobre mí y en mí como nunca antes. Y por último pero no menos importante, tuve una profundidad amor y dulzura en mi alma que nunca había tenido, ni soñado antes, y una santa calma se apoderó de mí, y una santa alegría y paz, que era profunda y dulce más allá de lo que había experimentado antes, incluso en la vida santificada. Y, ¡oh! qué victoria como la que Él me da todo el tiempo".
Maggie Geddis: ¡Oh, el amor, la alegría y la paz inundaron mi ser cuando me levanté. Yo fui hecho una nueva criatura”.
C.H. Mason (fundador de la Iglesia de Dios en Cristo): "Este ha sido mi matrimonio con Cristo... Él tenía todo mi ser por completo... Fue una muerte completa para mí... La gloria de Dios llenó el templo".
Cuando Mason asistió a la Calle Azusa, fue al altar en respuesta a un llamado a los pecadores para ser justificados, a pesar de que él era un líder en su denominación de Santidad. Él justificó así su razonamiento en ese momento: "Puede ser que todavía no me he convertido, y si no, Dios lo sabe y me puede convertir". [25]

La Misión de la Calle Azusa, afirmaba que la "evidencia bíblica" del bautismo del Espíritu Santo es el hablar en lenguas. Seymour escribió en 1907: "Amados, cuando recibimos el bautismo del Espíritu Santo y fuego, seguramente vamos a hablar en lenguas como el Espíritu dé que se hable.

No estamos en busca de lenguas, sino estamos buscando el bautismo del Espíritu Santo y fuego". [26] Hubo numerosos informes de personas de otros países que vinieron a la Calle Azusa y escucharón sus lenguas nativas habladas por las personas que recibían el Espíritu Santo. También hubo informes de personas que vieron llamas de fuego y nubes de gloria.

La Misión de la Calle Azusa no creía en la regeneración bautismal, pero hizo hincapié en la necesidad de practicar el bautismo en agua como un mandamiento del Señor, y se consideró el bautismo en agua como parte del "Evangelio Completo": [27]

El bautismo no es un mandamiento para salvación, pero es esencial porque es un mandamiento de nuestro Señor. Marcos 16:16, y Hechos 2:38. . . . Es la obediencia al mandameinto de Jesús, que sigue a la fe salvadora. Creemos que cada creyente verdadero lo practicará. . . .

Debe ser administrado por un discípulo que haya sido bautizado con el Espíritu Santo y fuego, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mat. 28:19-20. . . .
Creemos que debemos enseñar a la gente de Dios a observar todas las cosas que Él nos ha mandado [Mateo 28:20], practicando cada mandamiento y viviendo de toda palabra que sale de la boca de Dios. Este es un Evangelio completo.

La anterior declaración, refleja el uso de la fórmula trinitaria en el bautismo. Sin embargo, al menos algunos conversos de la Calle Azusa fueron bautizados en el nombre de Jesús. En marzo de 1907, un ministro llamado Joshua Sykes fundó una iglesia Pentecostal en Los Ángeles, que requería del bautismo en el nombre de Cristo en lugar de la fórmula trinitaria. [28] La historia oficial de la Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, una organización Pentecostal de la Unicidad mexicano-estadounidense, afirma que un hombre llamado Luis López, recibió el Espíritu Santo en la Calle Azusa, y fue bautizado en el nombre de Jesús en 1909. [29] Sin embargo más tarde, cuando surgió la controversia sobre la fórmula bautismal, Seymour afirmó el trinitarismo y la fórmula bautismal trinitaria, pero siguió teniendo alguna comunión con los creyentes del Nombre de Jesús. [30]

Fiel a su herencia de Santidad, los nuevos Pentecostales hicieron énfasis en una vida de santidad, tanto interior como exteriormente. Un artículo dice: "[Jesús] te salva de contar historias, de los juegos de azar, de jugar cartas, ir a las carreras de caballos, beber whisky o cerveza, del engaño, y todo lo que es pecaminoso o diabólico. El Señor Jesucristo te limpia y lo hace por completo" [31]. Otro artículo testifica de dos mujeres que desecharon sus joyas tras ser convencidas por el Espíritu, y esto concluyeron: "Así que el Espíritu ha estado trabajando en armonía con la Palabra, enseñando a su pueblo la forma de vestirse de acuerdo a la Biblia. Relojes de oro, anillos, etc. han desaparecido, y han salido a predicar el Evangelio" [32]. Seymour advirtió:" ¡Oh, amados, después de haber recibido la luz, es la santidad o el infierno. Dios está llamando a hombres y mujeres en estos días para que vivan una vida santa libre de pecado" [33].

La Decadencia de Parham y Seymour

Después de ministrar en la ciudad de Zion, Parham visitó la Misión de la calle Azusa a finales de 1906, por invitación de Seymour, quien inicialmente lo reconocía como el iniciador del movimiento. [34] Parham consideró que las manifestaciones de adoración eran excesivas, y demasiado influenciadas por los negros. Aunque reconoció que muchas personas realmente estaban recibieron el Espíritu Santo en Azusa, denunció la misión por "extremos, fuego-extraño, fanatismo" y falsas manifestaciones. [35] Al parecer, él fue afectado por los prejuicios raciales y también resentía que el avivamento no estaba bajo su dirección. En este punto, Seymour rechazó el liderazgo Parham completamente.

Al año siguiente, en julio de 1907, Parham fue detenido en San Antonio, Texas, por cargos de inmoralidad. [36] A pesar de que la acusación fue retirada muy pronto, sus enemigos difundieron el incidente, particularmente en el liderazgo de Zion. Parham pronto perdió la mayor parte de sus seguidores y su influencia. Él continuó su ministerio evangelístico desde su oficina central en Baxter Springs, Kansas. A su muerte en 1929, Parham fue marginado del liderazgo del movimiento que había iniciado. Un pequeño grupo se mantuvo fiel a él y existe hoy en día como la Fe Apostólica, en torno a un Instituto Bíblico en Baxter Springs.

Tal vez en un esfuerzo por distanciarse de Parham, otros dirigentes comenzaron a describirse a sí mismos como Pentecostales más que Apostólicos. Finalmente, el término "Apostólico" llegó a ser utilizado principalmente por los Pentecostales de la Unicidad. En particular, es el término preferido entre los grupos de la Unicidad que son predominantemente negros o hispanos.

Florence Crawford (1872-1936), una miembro de calle Azusa en 1906, comenzó la Misión de Fe Apostólica en Portland, Oregon, en 1908 como una organización rival de Seymour. Desaprobó el matrimonio de Seymour con Jennie Moore y sentía que Seymour no estaba haciendo énfasis en la doctrina de la santificación como debería. Tomó la lista de correo de Seymour, cerrando con ello su periódico, y comenzó su propio periódico, llamado también La Fe Apostólica. Su grupo existe hoy en día como una pequeña organización. Siguiendo sus enseñanzas, ha sido reconocido durante los años por defender una estricta santidad de conducta y vestido y separación de aquellos que no lo hacen.

Las luchas de Seymour con Parham, Crawford, y William Durham (que se examinará en el capítulo 2) erosionaron su rol de liderazgo. El avivamiento en la Calle Azusa disminuyó en 1909, volvió a subir en 1911 con la predicación de Durham, y luego disminuyó nuevamente en 1912. La mayoría de los blancos estaban en la izquierda de la misión, y en 1915 Seymour cambió la constitución de la iglesia para especificar que una "persona de color" siempre debe ser el líder. También se apartó de la doctrina de las lenguas como evidencia inicial del Espíritu Santo, sosteniendo que las lenguas no siempre vienen de manera inmediata, aunque todavía se esperaba como una señal que seguiría al bautismo del Espíritu Santo. Después de la muerte de Seymour en 1922, su esposa continuó como pastora hasta que su salud se lo permitió. El edificio fue demolido en 1931.

Oposición y persecución

Los primeros pentecostales encontraron todo tipo de oposición y persecución. Las denominaciones existentes -especialmente los grupos de Santidad y los fundamentalistas- normalmente los expulsaron, los denunciaron, los ridiculizaron como "santos rodados" y dijeron que eran del diablo. Prominentes líderes del Movimiento de Santidad, dijeron que el movimiento pentecostal era "el último vómito de Satanás", "no provenía de Dios", era "malo y adúltero", "anticristiano", "sensual y diabólico" [37]. Otros lo llamaron "herejía" y "una secta" [38]. Algunos obreros pentecostales fueron amenazados, golpeados, baleados, arrastrados y ridiculizados. Ellos fueron atacados con piedras y con frutas podridas, verduras y huevos. Sus tiendas de campaña y las cuerdas de sus carpas fueron acuchilladas, y sus lugares de reunión fueron incendiados. Howard Goss explicó: [39]

“Nunca podíamos estar seguros de que no íbamos a ser heridos. Algunos obreros fueron atacados, algunos fueron golpeados, algunos tenían huesos rotos, algunos fueron encarcelados, algunos fueron obligados a salir de la ciudad, a algunos les lanzaron cosas podridas, y a algunos les dispararon. Fuimos apedreados, pero por lo menos, nunca fuimos "aserrados".

Durante muchos años, los servicios de la Iglesia fueron perturbados por matones. Las tiendas, los edificios y nuestras residencias a veces fueron quemados, nuestra agua potable fue envenenada, y las ventanas fueron rotas. Algunas veces fuimos amenazados por turbas enfurecidas o por personas rabiosas, cuando alguno de los miembros de su familia se había convertido. A menudo, no teníamos ninguna protección; hubo momentos cuando la policía decidió cerrar los ojos porque nosotros éramos forasteros, mientras que la ciudad les pagaba su salario”.

Muchos de los primeros predicadores pentecostales se sacrificaron enormemente para difundir el evangelio. Ellos vivían por la fe y las iglesias comenzaron en tiendas de campaña, quioscos y salas alquiladas. Robert Mapes Anderson, un historiador que no es pentecostal, describe sus dificultades: [40]

“Estos vivían a menudo en la extrema pobreza, saliendo con poco o ningún dinero, sabiendo rara vez en dónde pasarían la noche, o cómo conseguirían su próxima comida. Dormían en graneros, tiendas y parques, o sobre las bancas de madera de las salas de la misión, y a veces en la cárcel. Grupos de obreros unían sus fondos en común para comprar una tienda de campaña o para alquilar una habitación a fin de vivir en comunidad reunidos en algún lugar, subsistiendo a veces con harina y agua, o arroz, o sardinas y salchichas… Los Pentecostales encontraron su principal activo en el espíritu de sacrificio y la enorme unidad de sus líderes”.

Conclusiones

El ministerio y la enseñanza de Charles Parham fue la causa inmediata del Movimiento Pentecostal. El distintivo mensaje que él y sus estudiantes introdujeron, fue "el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia inicial de hablar en lenguas".

Como se muestra en los volúmenes 1 y 2 de esta serie sobre la Historia de la Doctrina Cristiana, esta ocasión no fue la primera vez desde los días de la Biblia en que alguien había recibido el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Pero sí fue la primera vez registrada en la historia de la iglesia moderna, cuando la gente buscó y recibió el Espíritu Santo con la expectativa de hablar en lenguas. El conocimiento bíblico y la expectativa de la función probatoria de las lenguas es lo que pone a este movimiento aparte de las efusiones anteriores del Espíritu y conduce directamente al pentecostalismo como un  movimiento distinto. Los Pentecostales también difieren de las personas de épocas anteriores al proclamar esta experiencia como la norma y urgiendo a cada uno a recibirla. Sin esta doctrina de lenguas como la evidencia inicial de recibir el Espíritu Santo, el movimiento pentecostal moderno no habría comenzado.

William Seymour es igualmente importante para la historia del movimiento. El avivamiento de la Calle Azusa que dirigió, se convirtió en el impulso a la propagación mundial de Pentecostalismo. Aunque la influencia de Seymour disminuyó rápidamente después de 1911, casi todas las organizaciones pentecostales del mundo deben su existencia directa o indirectamente a la Misión de Seymour en la Calle Azusa de Los Ángeles.  

El movimiento pentecostal fue lógicamente, la extensión de las ideas bíblicas de la Reforma Protestante del año 1500, el avivamiento Metodista de los años 1700, y el Movimiento de Santidad de la década de 1800. Fue el siguiente paso en la restauración de la experiencia y doctrina apostólica para el cristianismo profesante. 

El pentecostalismo moderno no proviene de una sola persona, y creció rápidamente más allá del liderazgo de una sola persona. Parham y Seymour desempeñaron un papel vital en los años de formación, pero la restauración de la experiencia y de la doctrina bíblica se produjo en un ambiente de grupo. Curiosamente, ni Parham ni Seymour fueron los primeros en recibir el Espíritu Santo en sus propios grupos. Muchos se convirtieron rápidamente en líderes, y el movimiento proliferó por una combustión espiritual espontánea, y ningún centro de autoridad humana fue capaz de darle forma, de dirigirlo o de controlarlo. No fue la creación de un individuo, sino que era el soberano mover de Dios en respuesta al hambre espiritual y a la búsqueda de miles de creyentes sinceros.


Referencias

[1] Ethel E. Goss, Los Vientos de Dios, ed. rev.  (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1977), 35, 37.
[2] Ídem, 104.
[3] William Seymour, ed., La Fe Apostólica (Los Ángeles) [De aquí en adelante FA] 1, no. 1 (Septiembre 1906): 1, Reimpreso en el Periódico de la Calle Azusa [De aquí en adelante Periódico] (Foley, AL: Together in the Harvest Publications, 1997), 10.
[4] J. L. Hall, “Iglesia Pentecostal Unida International,” Stanley Burgess et al., eds., Diccionario de Pentecostalismo y Movimientos Carismáticos (Grand Rapids: Zondervan, 1988), 860.
[5] Sarah E. Parham, La Vida de Charles F. Parham (Baxter Springs, KS: Instituto Bíblico de La Fe Apostólica, 1930), 107.
[6] Charles F. Parham, Una Voz que Clama en el Desierto, ed. rev. (Baxter Springs, KS: Instituto Bíblico de La Fe Apostólica, 1910), 25-38.
[7] Ídem, 64, 75.
[8] Ídem, 123.
[9] Ídem, 137-38. Hay una cierta ambigüedad en cuanto a si los que son santificados, pero no bautizados con el Espíritu Santo serán parte de la iglesia y heredarán los cielos nuevos. Véase también Charles Parham, El Evangelio Eterno (Baxter Springs, KS: Instituto Bíblico de La Fe Apostólica, 1911), 50, 54-55, 62, 82, 98-99, 102, 104.
[10] Charles Parham, Una Voz, 21-24.
[11] Fred Foster, Su Historia: Pentecostales del Siglo 20 (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1975), 98, 121. 
[12] Frank J. Ewart, El Fenómeno de Pentecostés, ed. rev. (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1975), 92. 
[13] Frank Bartleman, La Calle Azusa (Plainfield, NJ: Logos International, 1980) (reimpresa de Cómo “Pentecostés” vino a Los Ángeles, 1925), 54.
[14] Para una reproducción, ver a James L. Tyson, El Temprano Avivamiento Pentecostal: Historia de los Pentecostales del Siglo Veinte y las Asambleas Pentecostales del Mundo, 1901-30 (Hazelwood, MO: Word Aflame Press, 1992), 90. 
[15] Bartleman, 55-60.
[16] FA 1, no. 3 (Noviembre 1906): 2, en Periódico, 18.
[17] FA 1, no. 11 (Octubre 1907-Enero 1908): 4, en Periódico, 57.
[18] FA 1, no. 1 (Septiembre de 1906): 2, en Periódico, 11. (Párrafos 2-3 son casi idénticos al texto de Charles Parham en el Evangelio Eterno, 13-15.)
[19] Ídem, 1, en Periódico, 10.
[20] FA 1, no. 3 (Noviembre 1906): 4, en Periódico, 21.
[21] FA 2, no. 13 (Mayo 1908): 4, en Periódico, 65.
[22] FA 1, no. 5 (Enero 1907): 2, en Periódico, 27. Véase Charles Parham, Una Voz, 123-24, para la misma enseñanza.
[23] Periódicos, 15, 19, 21, 26.
[24] Ídem, 14, 33, 36.
[25] "Historia de la Iglesia de Dios en Cristo", www.cogic.org / history.htm (Memphis: COGIC, 1999).
[26] FA 1, no. 6 (Febrero-Marzo de 1907): 7, en Periódico, 36.
[27] FA 1, no. 10 (Septiembre 1907): 2, en Periódico, 51. El texto en realidad dice "Hechos 2,28", pero cita Hechos 2:38.
[28] Cecil M. Robeck, Jr., “Tener Sentido de Pentecostalismo en un Contexto Global” (Ensayo presentado en la reunión anual de la Sociedad para el Estudio Pentecostal, Evangel University, Springfield, MO, 1999), 10-11, citando “Apostolic Church Stirred by Vision,” Los Angeles Express, 24 de marzo de 1907, 4.
[29] Ver Daniel Ramirez, “Flor y Canto Apostólico: Solicitud preliminar de un himnario pentecostal latino” (Ensayo presentado en la reunión anual de la Sociedad para el Estudio Pentecostal, Oakland, CA, 1997), 7; Manuel Gaxiola, “Las Iglesias de la Unicidad de Habla Hispana en América Latina” ensayo presentado en el Primer Simposio Ocasional Sobre los Aspectos del Movimiento Pentecostal de la Unicidad, Harvard Divinity School, Cambridge, MA, 1984), compilado por Jeffrey Gill, 125. Ver también Manuel Gaxiola, La Serpiente y la Paloma: Historia, Teología y Análisis de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús (1914-1994), 2a. ed. (Mexico: Libros Pyros, 1994), 117.
[30] James Tinney, “La Importancia de la Raza en el Inicio y Desarrollo del Movimiento Pentecostal Apostólico” (ensayo presentado en el Primer Simposio Ocasional Sobre los Aspectos del Movimiento Pentecostal de la Unicidad, Harvard Divinity School, Cambridge, MA, 1984), compilado por Jeffrey Gill, 60.
[31] FA 1, no. 12 (Enero 1908): 4, en Periódico, 61.
[32] FA 1, no. 10 (Septiembre 1907): 2, en Periódico, 51.
[33] FA 2, no. 13 (Mayo 1908): 2, en en Periódico, 63.
[34] FA 1, no. 1 (Septiembre de 1906): 1, en Periódico, 10.
[35] Charles Parham, "Una nota de advertencia," La Fe Apostólica (Ciudad de Sión, IL), Enero de 1907, en Sarah Parham, Vida, 166-170.
[36] Luz de San Antonio informó el 24 de Julio de 1907, que Parham y J.J. Jourdan fueron arrestados por "la comisión de delitos contra naturaleza", o sodomía, pero que Parham luchó contra el cargo y que él atribuyó las numerosas historias de su presunta conducta inmoral a los seguidores anti-Pentecostales de Dowie en la Ciudad de Zion. Para una reproducción del artículo, véase Tyson, 41.
Sarah Parham escribió: "Un día recibí la noticia de que había sido detenido, mientras predicaba, pero algunos de sus verdaderos amigos habían venido de inmediato [sic] para su puesta en libertad y continuó la reunión. El abogado de la ciudad le dijo que él no tendría que comparecer, porque él (el fiscal) ni siquiera lo llamaría a la apertura del juicio porque 'estaba satisfecho, era suficiente a causa de su declaración”. Yo estaba con él en Texas, en la fecha fijada en la acusación, pero nunca fueron llamados al caso, el fiscal declaró que no había absolutamente ninguna evidencia que mereciera algún reconocimiento legal". Sarah Parham, La Vida, 198.
Howard Goss declaró acerca de los eventos en 1907: "La prueba más grande de toda nuestra vida vino, ya que Satanás atacó a nuestro movimiento con un terrible golpe desde dentro. Uno de nuestros principales ministros cayó en un terrible pecado, que resultó ser sólo un asunto temporal. Se arrepintió, confesó, fue perdonado, y después vivió una vida ejemplar que jamás haya escuchado". Ethel Goss, 134.
W.C. Parkey, un ministro de la Pentecostal Unida, dijo que Goss le dijo que el pecado fue un acto de homosexualidad con ninguna evidencia de que Parham se viera involucrado nuevamente en esto. Entrevista personal, Hazelwood, MO, 8 de Septiembre de 1986.
[37] Ewart, El Fenómeno, 180 G. Campbell Morgan usó la primera frase.
[38] Robert Mapes Anderson, Visión de los Desheredados: La Fabricación del Pentecostalismo Estadounidense (New York: Oxford University Press, 1979), 141.
[39] Ethel Goss, 148.
[40]Anderson, 77-78.