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domingo, 12 de febrero de 2012

La Iglesia


 

La iglesia de Jesucristo es el cuerpo de creyentes que han sido llamados a la separación, los que han sido introducidos en Cristo por el bautismo de agua y del Espíritu. La Biblia describe a la iglesia como el cuerpo de Cristo, la esposa de Cristo, y un templo espiritual en el cual mora el Espíritu de Cristo. La iglesia es a la vez local y universal. Su misión en la tierra es la de: 

(1) Adorar y glorificar a Dios,
(2) Evangelizar al mundo, y
(3) Desarrollar a los creyentes hasta la madurez. 

Cada creyente es su propio sacerdote a Dios (por medio de Jesús) y puede comunicarse directamente con Dios (Hebreos 4:14-16; Apocalipsis 1:6). Cada miembro de la iglesia tiene una posición de servicio, que incluye el sobrellevar las cargas los unos de los otros y orar los unos por los otros (Gálatas 6:1-2; Colosenses 4:3, 12). 

Dios ha dado a la iglesia ministros especiales para entrenar y equipar a los creyentes para la obra de la iglesia (Efesios 4:11-16). 

(1) Apóstol-uno que es enviado con una comisión. Aunque nadie puede tomar el lugar de los doce apóstoles del Cordero, quienes eran testigos oculares de Cristo, hay otros que ejercen un ministerio apostólico por servir como misioneros y líderes pioneros (Hechos 13:2-4; 14:14).

(2) Profeta-uno que imparte mensajes o dirección especiales de parte de Dios (Hechos 11:27; 15:32; 21:10).

(3) Evangelista-predicador a los inconversos (Hechos 21:8; II Timoteo 4:5).

(4) Pastor-uno que dirige y cuida del pueblo de Dios, también llamado obispo (superintendente) y anciano (Hechos 14:23; 20:28; I Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9; I Pedro 5:1-4). 

(5) Maestro-uno que instruye en la Palabra de Dios (Hechos 13:1). 

También existe el oficio de diácono (siervo). Los diáconos ayudan a los líderes espirituales en los asuntos y las actividades de la iglesia (Hechos 6:3; I Timoteo 3:8-13).

Dios ha ordenado el gobierno de la iglesia, y Él da varios ministerios, papeles, tareas, u oficios a los que acabamos de mencionar (Romanos 12:4-8; I Corintios 12:28). Al mismo tiempo, los líderes deben ser siervos y ejemplos, y no dictadores (Mateo 20:25-28; I Pedro 5:3). 

La iglesia también tiene dones del Espíritu que permanecerán hasta el regreso de Cristo (I Corintios 1:2,7; 12:8-10). Estos dones nunca deben ejercerse en una manera contraria a la Biblia o el liderato piadoso, sino siempre con amor, en orden, y para la edificación del cuerpo. Los dones espirituales son milagrosos y sobrenaturales. Pueden clasificarse en la siguiente manera. 

Dones de revelación.

(1) Palabra de sabiduría-guianza, dirección, o entendimiento divino para una situación específica (Hechos 27:9-11). 

(2) Palabra de ciencia-revelación divina de un hecho que de otra manera sería desconocido al creyente (Hechos 5:1-11). 

(3) Discernimiento de espíritus-el percibir si algo es motivado por Dios, un espíritu malo, o el espíritu humano (Hechos 16:16-18). 

Dones de poder.

(4) Fe-una encomendación especial de confianza en Dios para una crisis en particular o una situación aparentemente sin esperanza (Hechos 27:21-25). 

(5) Dones de sanidad-sanidades divinas, ya sean instantáneas o progresivas, para varios tipos de enfermedades físicas y mentales (Hechos 5:12-16). Cristo compró la sanidad para el cuerpo (Isaías 53:5; Mateo 8:16-17) y dio a los creyentes autoridad para imponer las manos sobre los enfermos para su sanidad (Marcos 16:17-18). Los ancianos deben ungir a los enfermos con aceite y orar por su sanidad en el nombre de Jesús (Santiago 5:13-16). 

(6) El hacer milagros-intervención directa de parte de Dios en una situación, trascendiendo a las leyes naturales (Hechos 20:7-12; 28:1-6).

Dones de expresión.

(7) Profecía-un mensaje de Dios en el idioma conocido (I Corintios 14:3-4, 29-33). En un sentido más general, cada testimonio, predicación, o alabanza ungida puede llamarse profecía (Apocalipsis 19:10). 

(8) Géneros de lenguas-un mensaje de Dios en un idioma desconocido a los oyentes, a ser interpretada para el beneficio de la iglesia (I Corintios 14:5, 27-28). Cada creyente puede también hablar en lenguas sin interpretación para devoción y beneficio personal (I Corintios 14:4, 14-15, 18, 28). 

(9) Interpretación de lenguas el dar el significado de un mensaje público en lenguas (I Corintios 14:5, 27-28). 

Jesucristo instituyó la Cena del Señor y el lavamiento de los pies en Su iglesia, y mandó la observación de los dos (Lucas 22:14-20; Juan 13:2-17; I Corintios 10:16-17; 11:23-34). La Cena del Señor consiste en comer pan sin levadura y tomar el fruto de la vid, que simbolizan el cuerpo partido y la sangre derramada de Cristo. La iglesia debe participar con reverencia, examinación propia, y arrepentimiento, recordando solemnemente la muerte propiciatoria de Cristo y anticipando con gozo Su regreso. Los creyentes se gozan así de comunión con Él y confraternidad los unos con los otros. El lavamiento de pies enseña humildad, servicio, y confraternidad. 

La iglesia local debe reunirse regularmente y con frecuencia. No es obligada a observar las leyes sabáticas, pues la iglesia no es limitada por la ley ceremonial (Hechos 15:19-29; Romanos 14:5-6; Gálatas 4:9-11; Colosenses 2:16-17). Los cristianos se gozan de santificación y descanso espiritual a diario en el Espíritu Santo. Sin embargo, la designación de un día semanal de descanso y el señalar tiempos para adoración en grupo todavía son principios válidos. La iglesia primitiva se congregaba el día domingo para conmemorar la resurrección del Señor (Hechos 20:7; I Corintios 16:2). Cada Cristiano debe ser fiel a las reuniones de su iglesia local (Hechos 2:42; Hebreos 10:25).


Escrito por David K. Bernard
Superintendente General UPCI

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