lunes, 14 de abril de 2014

Libro: Un Destino más allá de la Muerte. Bill Drost el Pentecostal


ÍNDICE

Prefacio                                             
Prólogo

I. En el túnel del tiempo en un momento inoportuno
II. Las serpientes de Cholomando
III. Cuando los hombres prudentes dicen adiós
IV. Otra batalla en el río de la Plata
V. ¡Se ha apoderado de ti!
VI. Adiós a todo esto
VII. Todo lo que permite el cielo
VIII. Una indicación hacia Lima
IX. El crisol peruano
X. Nubarrones y lluvia
XI. Ruth, de viaje
XII. Gracias por el recuerdo
XIII. ¡Aleluya! Andalucía
XIV. Pedro el persistente
XV. Acusaciones falsas
XVI. Navegando

Posdata
¿Dónde se hallan ahora?

PREFACIO

Durante algún tiempo he tenido la impresión producida por el Espíritu del Señor de que había de escribir algo sobre la vida de Bill Drost. Quisiera tener el gozo de compartir estas «pepitas de oro» con los muchos que van a leer este libro.

Tuve el privilegio y la oportunidad de andar por la senda de la vida con él durante 34 años. El aprecio que sentía por él fue creciendo a medida que vi cómo obedecía al llamado de Dios, bajo penosas pruebas, al parecer en condiciones imposibles. Pronto me di cuenta, una vez casados, que era inútil tratar de hacerle mudar de opinión cuando había oído órdenes de Dios para efectuar cambios importantes en lo que estábamos haciendo. Ningún sacrificio era demasiado grande, ninguna barrera demasiado alta, cuando se trataba de ir a buscar almas para Jesús, porque había recibido la visión del valor de un alma, y su deseo principal en la vida era ganar tantas como fuera posible para el Señor. Sus experiencias en el ejército, cuando fue encarcelado por causa del Evangelio y escapó apenas con la vida, sus caminatas agotadoras y prolongadas por las trochas de la selva, en periodos en que su cuerpo estaba macerado por el dolor y la fiebre, todo esto contribuía a impulsarle a mayores victorias.

El amor de Bill hacia nuestros cuatro hijos era evidente, y aunque sus deberes le llevaban a hacer grandes viajes, estaba ansiado de volver a casa para estar con la familia y juguetear con los hijos y ser su amigo. Los hijos siguieron las huellas de su padre, no porque él insistiera en que se hicieran misioneros, sino porque él había vivido una vida plena y satisfactoria ante sus propios ojos. Los hijos sentían el latido de su corazón y le contemplaban trabajando con valores eternos a la vista, y ellos captaron su visión del valor de un alma.

He tenido el gozo de ver cómo ha crecido la obra de Dios en España, donde Bill últimamente pasó a trabajar y laborar en terreno virgen. Varios de los pastores locales son hombres a quienes él bautizó y nutrió en el Señor. Su tumba se halla como un monumento a un hombre que amó entrañablemente al pueblo español, y cuya labor, impregnada de amor incansable, todavía vive, puesto que otros han escuchado el llamado «Id». Muchas veces, desde su fallecimiento, aunque he tenido que luchar con la soledad y el temor, me he sentido alentada por el amor de Jesús a cumplir mi misión, a animar, estimular y confrontar a estos pastores y a mis hijos, debido al ejemplo valeroso que Bill había dado delante de mí.

¿Dónde se hallan los jóvenes que digan «Sí» al llamado del Maestro hoy? Hay una escasez grande de obreros y los campos están blancos para la siega. Se presentan oportunidades por todas partes. No es posible que tú puedas ocupar el lugar de Bill Drost, y esto no se requiere de ti. Pero hay un lugar que puedes ocupar, y la voz de Dios está rogándote ahora mismo, a ti, que lees estas palabras. Haz caso al llamado para hacer lo que se te dice que hagas: sé un ganador de almas para Jesús. 
Ruth Drost 

William Ford Drost (1915-1979)

El libro “Un Destino más allá de la Muerte” es la segunda parte de la interesantísima, y por largo tiempo esperada, historia de Bill Drost, el hombre llamado por Dios para ser misionero en América del Sur, y después en España.

La vida de Bill está llena de milagros. En esta segunda parte, titulada “Un Destino más allá de la Muerte”, se cuenta el caso de cómo, a consecuencia de un accidente automovilístico, el cuerpo del gran misionero cayó a un caudaloso torrente, al lado de la carretera, y cómo se recuperó, pese a un largo tiempo de inmersión. Asimismo, su maravillosa curación de cáncer y muchos otros casos en los que tuvo lugar una clara intervención divina en la vida del gran servidor de Dios, vulgarmente conocido, en Bolivia y otras naciones de América del Sur, como Bill el Pentecostal.

Bill sirvió al Señor en los últimos años de su vida como misionero en Málaga, (España). Había empezado a escribir sus memorias, cuando Dios llamó su alma al cielo, antes de que pudiera terminar su relato.

Las impresionantes historias que se refieren en este volumen han sido escritas por su esposa, Ruth, ayudada por sus amigos y hermanos en Jesucristo, Miguel y Lorna Wieteska.

Para más información dé clic en los siguientes enlaces:

Bill Drost el Pentecostal

Mike Wieteska