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martes, 8 de enero de 2013

Alabanzas en el Cielo




Por Jorge Isaac Manzano
IPUC – Dangond
Valledupar


CITA: Juan 4:23-24

INTRODUCCIÓN
  • La hora viene (Evento futuro): La adoración celestial, alabanzas en el cielo
  • Ahora es (Evento presente): La adoración de la Iglesia en la dispensación de la gracia
EN EL TIEMPO PRESENTE: Dios ha escogido un pueblo, constituido por judíos y gentiles, de toda tribu, lengua y nación, a quien está preparando aquí en la tierra para que le adoren allá en el cielo.

EN EL TIEMPO FUTURO: La Iglesia se unirá a millares de ángeles, a los 24 ancianos, a los cuatro seres vivientes para rendirle adoración al que está sentado en el trono, el cual es Rey de reyes y Señor de señores.

I. RAZONES PARA ADORARLE
  • Este pueblo he creado para mí, mis alabanzas publicará
  • Hemos sido creados para alabanza de su gloria
  • Salmo 150
II. ADORACIÓN CELESTIAL, ALABANZAS EN EL CIELO
  • Visión del profeta Isaías
  • Visión del profeta Ezequiel
  • Revelación al apóstol Juan
Isaías 6:1-8
  • El Señor sentado sobre un trono alto y sublime.
  • Los serafines con seis alas: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”. (El uno al otro daba voces)
  • Un carbón encendido tomado del altar.
  • Con dos alas cubrían sus rostros.
  • ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?
Ezequiel 1:3-13, 26
  • La figura de un trono y uno con semejanza de hombre sentado sobre él.
  • Los querubines con cuatro alas (querubines en el arca del pacto). (Con las alas se juntaban el uno al otro)
  • Aspecto como de carbones encendidos.
  • Cara de águila, cara de hombre, cara de león, cara de buey.
  • No se volvían cuando caminaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.
Apocalipsis 4:1-11
  • Un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
  • Los cuatro seres vivientes: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”. (Y no cesaban día y noche de decir)
  • Semejanza de águila volando, rostro de hombre, semejanza de león, semejanza de becerro.
  • Seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos.
  • Los veinticuatro ancianos dicen: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
III. CANTOS DEL APOCALIPSIS
  • Digno eres Señor. Apocalipsis 5:8-10 (Los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos)
  • Grandes y maravillosas son tus obras. Apocalipsis 15:2-4 (Los salvos en la gran tribulación)
  • Me gozaré. (Los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos)
APLICACIÓN
  • La gloria abandona el templo
  • Carbones encendidos de entre los querubines esparcidos sobre la ciudad
  • El ángel arrojó a la tierra el incensario lleno de fuego del altar 

Haz clic en el siguiente enlace para escuchar esta predicación en audio:

sábado, 13 de octubre de 2012

Adoración, Emociones y Música




Por Loretta A. Bernard y David K. Bernard
Capítulo 14 del libro En Busca de la Santidad

“Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” Salmo 29:2, 96:9, I Crónicas 16:29.

“En espíritu y en verdad es necesario que adoren” Juan 4:24.


La verdadera adoración.
La adoración es una parte integrante de la verdadera santidad. A su vez, la santidad es un ingrediente esencial de la verdadera adoración. La verdadera forma de la adoración es la obediencia, y no el sacrificio ni las ofrendas (I Samuel 15:22). Dios rechazará la adoración a menos que venga de una vida santa (véase Amós 5:21-27, Malaquías 1:10). El tipo de adoración que Dios acepta es la adoración que sale de un corazón sincero y es respaldada  por una vida entregada. Debemos adorar a Dios en espíritu (la ese pequeña en “espíritu” significa el espíritu humano y el entusiasmo humano) y en verdad. Desde esta perspectiva, este libro entero está relacionado íntimamente con el tema de la adoración. Por esta razón, sentimos que será relevante y beneficioso incluir un estudio corto de la adoración Bíblica. El resto del libro se ocupa de las maneras en que adoramos a Dios en nuestras vidas diarias. En este capítulo deseamos concentrarnos en cómo la gente de Dios lo adora con su expresión externa y con sus emociones. Puesto que la música desempeña un papel tan importante en la adoración (tanto en la Biblia así como en la actualidad), incluiremos también una discusión de la música. Juntamente con nuestra investigación  de la música en la adoración nos ocuparemos también de la música mundana.

Las emociones y la expresión.
Una de las cosas más llamativas acerca de la adoración tal como está descrito en la Biblia es que afecta a cada aspecto del ser humano. Dios requiere que le amemos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente, y con todas nuestras fuerzas (Marcos 12:30). Esto cubre las áreas emocionales, espirituales, intelectuales, y físicas del hombre. La adoración incluye definitivamente, pero no se limita a, las emociones, el intelecto, y la expresión física. En última instancia, es nuestra voluntad, no nuestras emociones o comprensión natural, que debe dar el compromiso y la estabilidad a la adoración.

Algunos dicen que la emoción y la expresión física deben desempeñar un papel de muy poca importancia en la adoración. Otros dicen que no son emocionales o demostrativos por naturaleza. Por supuesto, los individuos tienen diversos temperamentos, pero creemos que la adoración verdadera incluye al todo de una persona, incluyendo el componente emocional que existe en todos.

Dios es un Dios de emociones. A través de la Biblia él exhibe las emociones tales como el amor, la alegría, el dolor, y la cólera. Cuando Dios apareció en carne, le encontramos llorando en la tumba de su amigo Lázaro (Juan 11:35) y sobre la ciudad de Jerusalén (Lucas 19:41). Somos creados a la imagen de Dios, y compartimos las mismas emociones (Génesis 1:27). Los que dicen que no son emocionales en cuanto a la iglesia son los que se enfadan y gritan a los niños o patean al perro con puntapiés. Gritan casi histéricamente en los juegos de fútbol. Con vehemencia afirman sus derechos y discuten acerca de muchas cosas. Empujan y dan empujones para entrar en un autobús o un taxi. Hacen una escena cuando no se salen con la suya. Acarician y abrazan a sus seres amados. Sin embargo, esta misma gente le dirá que la emoción no tiene ningún lugar en iglesia. Insisten en el formalismo y en el rito. El hecho es que somos seres emocionales. La emoción juega un papel en cada aspecto de nuestras vidas, entonces ¿por qué no en la iglesia? Por supuesto, la emoción no es el único componente de la adoración. Según lo que ya hemos indicado, la razón es importante también, y, sobretodo, nuestra voluntad debe proporcionar el control mientras que es controlada alternadamente por la fe y por la voluntad de Dios. No obstante, la emoción debe ser una parte de nuestra adoración.

La emoción conduce a la expresión física. Es imposible sentir emociones intensas sin  expresarlas. De por sí, la expresión física es solamente una pequeña parte de la adoración. De hecho, “el ejercicio corporal para poco es provechoso” (I Timoteo 4:8). Sin embargo, la demostración física es un resultado natural e inevitable de la emoción. Cuando es motivada por un corazón sincero que ha sido tocado por Dios, la expresión física es una parte muy importante de la adoración.

Para probar que la emoción y la expresión son elementos esenciales de la adoración externa, podemos ir tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento. El libro de los Salmos está lleno de expresiones y de ejemplos de la alabanza. El salmista dijo, “Alabaré a Jehová con todo el corazón en la compañía y congregación de los rectos” (Salmo 111:1). ¿Cómo se alababa a Dios en la congregación (la iglesia)? Aquí hay algunos ejemplos tomados del libro de los Salmos: levantaba las manos (141:2), cantaba y tocaba los instrumentos musicales (33:2-3), aplaudía (47:1), y danzaba (149:3). Para los que están poco dispuestos a alabar a Dios de esta manera, el salmista dice, “Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya” (150:6).

Ejemplos de adoración. 
El Antiguo Testamento está lleno de ejemplos de adoración, oración, y alabanza. En la dedicación del templo, Salomón oró mientras que estuvo parado y levantó sus manos, y también oró mientras que estuvo arrodillado (I  Reyes 8:22, 54). Cuando el arca de Dios volvió a Jerusalén, David estuvo tan emocionado que se despojó de su ropa real y danzó a la vista de todo Israel. La Biblia dice “Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová” y vino gritando y saltando. Su esposa, Mical, le despreció cuando lo vio, porque  pensó que esto era degradarse a sí mismo delante de toda la gente. Cuando ella lo reprendió, él prometió actuar de una manera aún más “vil” y más “baja”. Como resultado de este incidente, Mical no tuvo ningún hijo hasta el día de su muerte. (Véase II Samuel 6:14-23). David era un rey oriental que tenía gran poder y dignidad, pero con todo él adoraba libremente cuando el arca, símbolo de la presencia de Dios, volvió a Jerusalén.  ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando la presencia real de Dios viene a nuestro  medio? (Véase también Nehemías 8:6-9, 9:3-5).

En cuanto al Nuevo Testamento, encontramos el mismo tipo de adoración. Cuando los ciento veinte creyentes recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés, ellos se regocijaron e hicieron tanto ruido que pronto una muchedumbre grande se juntó. Los creyentes llenos del Espíritu estuvieron tan demostrativos que los espectadores pensaron que estaban borrachos (Hechos 2:13). Todos saben cómo es un hombre borracho. Sin duda, algunos de los creyentes danzaron, algunos gritaron, otros rieron, algunos lloraron, otros se tambalearon,  y algunos parecían que se habían desmayado. Si hemos recibido el mismo Espíritu, ¿por qué debe nuestra experiencia ser diferente?

Este tipo de experiencia siguió ocurriendo. Cuando el hombre cojo fue sanado, entró en el templo caminando, saltando, y alabando (Hechos 3:8). Cuando Juan vio al Señor en la isla de Patmos, cayó como muerto (Apocalipsis 1:17). Pablo en el camino a Damasco y el carcelero en Filipos ambos temblaron literalmente bajo el poder de convicción de Dios (Hechos 9:6, 16:29-30). Cuando Pedro se arrepintió por haber negado a Cristo, lloró amargamente (Lucas 22:62). El publicano golpeó pecho en arrepentimiento (Lucas 18:13), y una mujer pecaminosa derramó lágrimas de arrepentimiento, gozo, y amor cuando encontró a Jesús (Lucas 7:37-47). Pablo lloró sobre las letras de reprensión que tuvo que enviar a las iglesias (II Corintios 2:4). Cuando la iglesia primitiva se reunió, oraron todos juntos en voz alta y el edificio entero fue sacudido por el poder de Dios (Hechos 4:24-31). En las epístolas, Pablo se refiere al gemir en el Espíritu (Romanos 8:26), orar y cantar en el Espíritu (I Corintios14:15), y el levantar las manos (I Timoteo 2:8). Note la universalidad de este tipo de adoración en la última Escritura, y note su conexión con la santidad. “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda”.

Todos estos ejemplos (y más) demuestran que los adoradores sinceros de Dios expresan sus emociones libremente. Por supuesto, cada uno no adorará o responderá exactamente de la misma  manera. Algunos demostrarán una emoción más externa, pero cada uno será afectado. Hay lugar para la libertad y la diversidad de la adoración. Si usted está verdaderamente adorando a Dios, lo expresará cuando Dios le toca, y se abstendrá de la demostración excesiva cuando Dios no está en ella. Si usted está verdaderamente arrepentido a causa de sus pecados, usted llorará. Si un ministro tiene una verdadera carga por las almas perdidas, él derramará lágrimas sobre su ciudad.

Apagando el Espíritu.
No debemos apagar el Espíritu en nuestra adoración (I Tesalonicenses 5:19). Esto se hace a menudo por la tradición y el formalismo no Bíblico. Algunos adoran libremente durante cultos de avivamiento pero vuelven de nuevo al formalismo y a apagar el Espíritu el resto del tiempo, especialmente los domingos en la mañana. Muchos son limitados por ideas preconcebidas de cómo Dios debe moverse y por los patrones del sistema de adoración. Por otra parte, no debemos tratar de forzar un movimiento de Dios o de conseguir una manifestación. Si Dios está en control, todo será hecho para edificación (I  Corintios 14:26).  No será hecho en confusión sino en paz, en decencia, y en orden (I Corintios 14:33, 40). Uno de las funciones del pastor como líder y pastor es mantener el orden en la iglesia y evitar que la confusión se presente. No hay lugar para la manifestación carnal, la exaltación carnal, o la hipocresía en la adoración.

La iglesia está designada como el lugar donde encontramos a Dios. Es incorrecto restringir nuestras emociones de Dios cuando tenemos un encuentro con Él. Si la iglesia es un lugar donde los creyentes están llorando, adorando y alabando, entonces será un lugar donde la gente tendrá un encuentro con Dios y siempre estará recibiendo el Espíritu Santo. La gente raramente recibe las bendiciones o el Espíritu Santo en una atmósfera fría y formal.

Todo lo que Dios requiere es que usted entregue todo su ser a Él en la adoración. Él se encargará del resto. Deje que el Espíritu haga su voluntad en usted. El Espíritu Santo le ayudará a orar, a llorar, y a regocijarse. No debemos sentir vergüenza de nuestras emociones—Dios las creó. Deje que Dios las use.

La clave para entender la adoración en una iglesia llena del Espíritu es esta: “Porque el Señor es el Espíritu;  y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (II Corintios 3:17). El Espíritu da a cada uno de nosotros la libertad de adorar y de responder a la presencia de Dios de nuestra propia manera.

La  música en  la  adoración.
La música puede apartar las preocupaciones y los malos pensamientos y puede traer la paz, el ánimo y una proximidad a Dios. Según lo indicado en los Salmos, la música es un medio muy importante de la adoración. (De hecho, el libro fue escrito originalmente como un himnario para  Israel). Venimos ante la presencia de Dios con regocijo, entramos por sus puertas con acción de gracias, y por sus atrios con alabanza (Salmo 100). Muchos versículos en los Salmos nos amonestan a adorar con cantos y con los instrumentos musicales. El Salmo 150 enumera los siguientes instrumentos usados en la adoración: la trompeta, el salterio (un instrumento  de cuerdas), el arpa, el pandero (pandereta o tambor), el instrumento de cuerdas, el órgano (un instrumento  del viento), el címbalo resonante, y el címbalo de júbilo. Un estudio del Antiguo Testamento demuestra cuán poderosa puede ser la música cantada y la música instrumental para ayudar a las personas a adorar y a responder al Espíritu de Dios.

La música de David calmaba al rey Saúl y alejaba a los malos espíritus que lo perturbaban (I  Samuel 16:23). Después de que David llegó a ser el rey, nombró músicos para ministrar en la casa del Señor (I Crónicas 6:31- 47). Él nombró cantores, ejecutores de salterio, arpistas, y cimbalistas para alabar al Señor delante del arca (I Crónicas 15:16). Había cuatro mil músicos incluyendo 288 que estaban altamente preparados y expertos en cantar (I Crónicas 23:5, 25:7). También leemos que Jedutún profetizó con un arpa (I Crónicas 25:3). Más adelante, cuando Salomón dedicó el templo, él dispuso las trompetas y los cantores para levantar sus voces en alabanzas y acción de gracias, junto con los címbalos y otros instrumentos de música. Cuando hicieron esto todos a una, la gloria de Dios llenó la casa. Su presencia se manifestó tan fuertemente que los sacerdotes no podían permanecer parados para ministrar (II Crónicas 5:13-14). Cuando el rey Josafat de Judá pidió que el profeta Eliseo declarara los consejos de Dios, Eliseo primeramente pidió un tañedor. “Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo” (II Reyes 3:15). Entonces, Eliseo pudo revelar el plan de Dios que dio la victoria sobre los Moabitas.  Note que primeramente se usó la música para preparar el corazón de Eliseo y para hacer los preparativos  para el movimiento del Espíritu de Dios. Josafat mismo sabía cuán poderosa podía ser la adoración y la música. Una vez, cuando se enfrentó en una batalla contra Amón y Moab, él designo a los cantores al Señor para alabar la hermosura de la santidad.  Cuando ellos comenzaron a cantar, el Señor destruyó al enemigo (II Crónicas 20:21-22). Dios comenzó a moverse cuando su pueblo comenzó a cantar y a adorar.

En cuanto al Nuevo Testamento, encontramos también un fuerte énfasis en la adoración musical. Jesús y sus discípulos cantaron un himno en la última cena (Mateo 26:30). Cuando Pablo y Silas fueron azotados y encarcelados en Filipos, oraron y cantaron alabanzas a la medianoche. ¿Cuál fue la reacción de Dios? Él envió un terremoto que los libró y produjo una oportunidad de bautizar al carcelero. Pablo nos instruye en varios lugares acerca de cómo adorar a Dios con la música. “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19). “Cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16). “Salmos” se refiere indudablemente a las canciones del libro de los Salmos, mientras que “himnos y cánticos espirituales” se refieren a otras canciones evangélicas. Para los que no creen en adorar a Dios con regocijo, batiendo las manos, levantando las manos, danzando, y tocando los instrumentos musicales sería difícil cantar todos los Salmos que recomiendan estas formas de adoración. Pablo no tenía ninguna duda puesto que su adoración era igual que la descrita en los Salmos. En otro lugar, Pablo respalda tanto el cantar en el Espíritu (cantar en lenguas) como el cantar con el entendimiento como parte de la devoción personal (I Corintios 14:15). El canto debe ser una parte importante de nuestros cultos y de nuestras vidas diarias (I Corintios 14:26, Santiago 5:13).

Puesto que la música puede ser un elemento tan poderoso de adoración, debemos tener cuidado de usarla como adoración y no como entretenimiento en los cultos de la iglesia. Muchos tienen una idea falsa acerca de la música en la iglesia. Ellos piensan que la iglesia es un escenario, que la congregación es la audiencia, que los músicos son los actores, y que Dios está entre los bastidores dando señales. En realidad, la congregación debe ser los actores (adoradores), con los músicos dando señales, siendo Dios la audiencia. Los cantantes y los músicos en la iglesia deben tener dos metas en mente. Su meta fundamental es de adorar a Dios de corazón, creando la música que a Él personalmente le gustar oír. Su otra función es crear una atmósfera de adoración que anime a la congregación a adorar y haga fácil que ellos puedan sentir la presencia de Dios. Muchos se han reconciliado y muchos han ido al altar a causa de los cantos ungidos.

Esto significa que los músicos, los cantantes, y los líderes de la alabanza tienen una gran responsabilidad. Pueden hacer que el culto sea bueno o que sea un fracaso. Deben ayunar y orar para que Dios los use para bendecir el servicio. Así como practican y se preparan para presentar un canto hermoso, deben orar de modo que Dios los unja y los use espiritualmente. No necesitamos gente que sólo quiera exhibir sus talentos, sino necesitamos gente que desee adorar a Dios y que desee inspirar a la audiencia a adorar. Hoy, muchos grupos parecen pulidos y profesionales, y muchos tienen equipos bien elaborados. Esto es bueno. Sin embargo, si ponen el entretenimiento por encima de la adoración, entonces Dios no estará contento. Me da gusto escuchar a un grupo que tiene hermosa armonía e instrumentación, sin embargo yo quiero poder adorar y sentir a Dios mientras que ellos cantan. En caso contrario, su música puede ser excelente para un concierto pero no para un culto de adoración en la iglesia donde están en juego las almas.

Los cantantes y los músicos deben ser buenos ejemplos de cristianismo. Están siendo usados para fomentar la adoración y están puestos como ejemplos a la congregación, y sus vidas deben reflejar esto. Deben vivir vidas santas de acuerdo con las enseñanzas bíblicas y pastorales. La congregación debe poder sentir la sinceridad de los cantantes. No hay nada que destruya más la adoración que saber que el cantante realmente no está adorando a Dios, sino está cantando para su propia exaltación, o no está viviendo una vida santa.

Tener la oportunidad de cantar y de tocar en la iglesia es un privilegio. Si usted tiene talento, entonces debe utilizarlo para Dios. Esto es una manera por medio de la cual puede adorarle y agradecerle. Por esta razón, los cantantes, los miembros del coro, y los músicos no deben ser pagados por su iglesia local. Esto les quita su privilegio de adorar a Dios. Por supuesto, un director que dedica todo o parte de su tiempo a la música puede recibir un salario, puesto que eso es su trabajo.

Los cantos congregacionales sí son una forma de la adoración. Como tal, es un área en la cual debemos ser guiados por el Espíritu. Necesitamos líderes de la alabanza que sientan una carga por cada culto, que sean sensibles a la dirección del Espíritu, y que tengan talento para dirigir los cantos. Un momento excelente para que las personas reciban bendiciones es durante los cantos congregacionales. La tarea del líder de la alabanza es inspirar la adoración, ayudar a la gente a abrir sus corazones, y prepararlos para la predicación de la palabra de Dios. El líder de la alabanza debe sentirse libre para seguir el movimiento del Espíritu—cantar un coro repetidas veces, cambiar los cantos, cantar una canción que él no había considerado previamente. A veces Dios usa una determinada canción en un culto particular para alcanzar a un individuo o para abrir paso para el movimiento del Espíritu Santo. El líder de la alabanza tiene que ser sensible para discernir cuándo Dios desea hacer esto. Él debe estar preparado para el culto, pero también debe estar listo para cambiar sus planes. Por supuesto, debe trabajar de cerca con el pastor y bajo su dirección.

A menudo cantamos coros breves y simples. La razón es que son fáciles de entender y de aprender; y la congregación puede concentrarse en Dios en vez de la lectura de un libro. Es útil tener una variedad de tales cantos, porque pueden crear atmósferas propicias para diferentes tipos de cultos. Es fácil evocar la verdadera adoración con tales cantos.

Hay muchos tipos diferentes de cantos que son apropiados para la adoración. Varían dependiendo del espíritu del culto, las necesidades de la congregación, y el trasfondo cultural de la  congregación. Una congregación que incluye a personas de varios trasfondos y culturas debe tener un programa musical que responda a las necesidades y gustos de todos. Debe haber una variedad de estilos en tal caso. Hay momentos para cantar un nuevo cántico al Señor (Salmo 96:1). Debemos reconocer que algunos cantos no tienen atractivo para nuestro gusto musical pero tienen atractivo para otros y son formas válidas de adoración. Lo más importante para los intérpretes es adorar sinceramente y para la congregación, sentir el Espíritu de Dios. Algunos estilos de canto son buenos para ciertos grupos culturales, pero cuando los usan otros pueden parecer poco sinceros, fuera de lugar, o incluso absurdos. Hay una excepción para permitir una variedad de estilos musicales en los cultos de adoración. No debemos usar la música que atrae directa y principalmente la naturaleza sensual o carnal del hombre. Al hacer esta declaración estamos refiriéndonos principalmente a la música “hard rock” (rock pesado). No decimos esto simplemente porque sea personalmente desagradable o porque sea popular en el mundo. La mayoría de los cantos a través de la historia de la iglesia han seguido hasta cierto punto los estilos musicales de la época. Señalamos la música “rock” porque esta música en sí misma despierta tan fácilmente emociones y deseos que son incompatibles con la adoración y la alabanza. Analizaremos esto más tarde en la sección siguiente.

La música moderna. 
Aparte de la música como una forma de la adoración, ¿qué dice la santidad sobre el tema de la música en general? Ciertamente, un cristiano puede disfrutar de canciones y música que no sean de orientada religiosa. Hay muchas tipos diferentes de música para escuchar y para tocar. Al mismo tiempo, no toda la música es permisible si un cristiano quiere mantener la santidad. Nuevamente aquí es donde debemos confiar en las convicciones personales y en el poder de convicción del Espíritu Santo. Somos templos del Espíritu Santo, y no deseamos llenar nuestros oídos de basura.

Básicamente, una canción puede ser impía debido a la letra o debido a la propia música. Cualquier tipo de canción puede ser impía si las palabras son malas. Esto es un problema con todos los tipos de música moderna. A menudo la música pop y la del fácil escucha es hermosa, pero las palabras son muy sugestivas. Gran parte de la música country y la música occidental hablan mucho de temas malsanos tales como el adulterio, la fornicación, el divorcio y la bebida. La música “rock” se caracteriza por su glorificación no tan sutil del sexo, las drogas, la rebelión, el misticismo, e incluso el satanismo. Aunque a usted le guste alguno de estos estilos musicales, no puede seguir siendo santo si escucha continuamente las canciones que tienen letras impías. Yo he visto a jóvenes a quienes les gustaba tanto una melodía que ellos escucharían o aún cantarían un canto que obviamente trata de la fornicación, del adulterio, o del uso de drogas. Ellos realmente están glorificando y adorando a aquellas cosas aunque en realidad no tenían la intención de hacerlo. Las palabras tendrán un efecto, aunque sea solamente subconscientemente. ¿Cuántas veces se ha repetido una canción vez tras vez en su mente y parecía que no podía olvidarse de ella? ¡Qué gran bendición usted puede recibir si es un canto de alabanzas, pero cuán peligroso puede ser si el canto no es bueno! El mensaje está siendo arraigado en su mente y en su alma para surgir en épocas de debilidad y de tentación. Si usted está escuchando la radio y sale una canción que glorifica el pecado, la opción más segura y santa es apagar la radio.

Cierta música puede inspirar el mal, no solamente por medio de las palabras sino por medio de la música en sí. Tal es el caso con el “hard rock”. La música “rock” y la de discoteca causan cambios fisiológicos en el cuerpo humano, afectando tanto las glándulas pituitarias como las glándulas sexuales. El  ritmo pesado agita las emociones, especialmente el impulso sexual. El efecto de la música “hard rock” es aumentar la tensión, el estrés, la desorientación, y la pérdida del dominio propio. Para probar esto, solamente observe las acciones de una audiencia en un concierto de música “rock”, los movimientos de los bailarines de “rock” o de la música de discoteca y la adulación desenfrenada de los jóvenes aficionados al “rock”. Compare el ritmo de la música “rock” al ritmo usado por los practicantes del vudú, los adoradores de Satanás, y los idólatras en partes alejadas del mundo. Hay una semejanza fuerte, que no es sorprendente ya que todos ellos son usados por Satanás. Si esto es así, ¿cómo podemos usar la música “hard rock” y la de discoteca para adorar a Dios? La gran mayoría de las veces, excitará a los oyentes física y psicológicamente, pero no de una manera piadosa.

En relación con este tema, un libro excelente para leer es El Día Que La Música Murió, por Bob Larson quien era un músico profesional de la música “rock”. En el libro, el autor discute los diversos efectos físicos, mentales, y espirituales de la música “rock”, así como la influencia de las letras y las formas de vida de los artistas. Él describe algunos de los principales grupos de la música “rock” y también tiene un capítulo sobre la danza.

Hemos visto que la música puede ser usada para la adoración y para el placer personal. En los cultos de la iglesia, debemos tener el cuidado de enfatizar en su papel como adoración en vez del entretenimiento. En nuestras vidas personales debemos protegernos contra la inmundicia del mundo que puede entrar por medio de ciertas clases de música.
  
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Worship, Emitions and Music

domingo, 12 de agosto de 2012

Ministerio Musical Abiel


El "Ministerio Musical Abiel" antes llamado "Grupo Musical Abiel" y en su inicio "Grupo Coral Abiel" nace en Cali, Valle del Cauca aproximadamente en el año 1982. Para la convención de ese año un grupo de jóvenes de la congregación central en Pereira, decide quedarse unos días más en la ciudad de Cali con lo cual surge la invitación a Manuel Ospina Muriel de predicar en una congregación de esta región. 

La idea de formar el grupo provino de Franklin Ospina, quien a raíz de aquella invitación sugiere cantar un himno especial con el grupo de jóvenes que acompañaban al Pastor Manuel Ospina. En aquella ocasión decidieron entonar una canción que había enseñado Pedro David Hevia (Chileno), tomando la dirección de Ancízar Quintero, quien se constituiría en su primer Director. El culto terminó y el grupo gustó.

Después de llegar a Pereira y animados por lo sucedido deciden formar oficialmente lo que se conoce como "Grupo Coral Abiel"

Después de un tiempo la batuta del grupo fue pasada a Miryam Galvis quien dirigió el "Grupo Coral Abiel" por varios años llevando al grupo a muy buenos momentos, viajando por varias ciudades del país y ministrando poderosamente en convenciones y eventos nacionales. En el año de 1984 se graba el primer volumen llamado “Con Jesús yo viviré”.
 


Pasaron más años y por aquel entonces el "Grupo Coral Abiel" estaba pasando por algunas situaciones difíciles, Antonio Tabares estaba en Pereira trabajando en un proyecto musical para Claudio Amaya (Pastor de Bogotá), también se encontraban Osiris Ortiz (Del dueto Nissi), Senovia, Caleb Payares y Alexander Valencia quien también trabajaba en un proyecto con los Hermanos Devia. Todas estas personas colaborarían para la elaboración del álbum "Él vive en mi ser" en el año 1986 y Antonio Tabares se constituyó en su nuevo director.


En este volumen se unieron los grupos Koinonia y Abiel para grabar un proyecto pro-templo.
Aparecen en esta imagen de izquierda a derecha: Antonio Tabares, Julio Manjarrés Jr., Osiris Ortiz,
Miryam Galvis, Senovia Payares, Alexander Valencia y Caleb Payares.

A raíz de este proyecto Manuel Ospina, invita a todos los participantes de esta grabación a dar inicio a lo que se llamaría "Grupo Musical Abiel". De nuevo empieza un ministerio de gran impacto a nivel nacional, ministrando por todo el país en convenciones, confraternidades y cultos especiales. A lado de la contemporánea agrupación "Koinonia" de la cual eran miembros Ciro Calderón y David Fontalvo Pava, ministraron una de las convenciones nacionales de mayor impacto cantando juntos y rompiendo toda conjetura de competencia pues el Espíritu Santo descendió de una manera poderosa.

Su siguiente grabación sería una de las de mayor impacto "Amor de Dios", canción tema de Antonio Tabares, volumen que recopila varias de las mejores composiciones de Alexander Valencia, Manuel Ospina Jr. y Antonio Tabares, eran miembros para ese entonces aparte de los mencionados, Gerson Galvis quien tocaba la guitarra, Miryam Galvis, primera voz, Osiris Ortiz, Segunda Voz.
 

De pie de izquierda a derecha: Miryam Galvis y Osiris Ortiz.
Sentados de izquierda a derecha: Manuel Ospina Jr., Gerson Galvis,
Alexander Valencia y Antonio Tabares

En 1988 graban su tercer volumen llamado “Salmos y coros”, supliendo así la gran necesidad de nuevos cantos congregacionales en una generación musical que se estaba levantando inspirada por los dos grupos más conocidos de la década de los 80's: "Grupo Musical Abiel" y "Koinonia".


  

Luego en el año 1989 graban su producción más exitosa: “Siguiendo a mi Maestro” canción tema de Alexander Valencia, para esta producción musical el grupo había integrado dos nuevos miembros: Winston Ríos en la batería e Iván Fernando Ariza en los strings. El ministerio del "Grupo Musical Abiel" empezó una gran carrera, sus grabaciones eran escuchadas a lo largo y ancho del país y aun se oía del impacto que producía en otros países como los Estados Unidos y España, donde muchos empezaban a emigrar en ese entonces.
 
De izquierda a derecha: Osiris Ortiz, Miryam Galvis, Antonio Tabares, Gerson Galvis,
Iván Fernando Ariza, Manuel Ospina Jr., Winston Ríos y Alexander Valencia.

En el año 1991 el grupo sufre grandes cambios y se reduce a solo tres de sus antiguos miembros y sin perder su entusiasmo en el año 1994 graban su quinto volumen llamado "Tal como soy", en el cual participan Manuel Ospina Jr., Alexander Valencia, Osiris Ortiz, e integrando a Pedro Jara, quien después de haber participado como bajista en el primer volumen y de haber conformado el "Grupo Coral Abiel" regresara a ser parte del "Grupo Musical Abiel", en la batería entraría a formar parte un jovencito: "Edison Bedoya" quien con solo 11 años de edad suplió la necesidad de aquel difícil momento. Éste mismo sería más adelante quien tomaría el nombre del desaparecido "Grupo Musical Abiel" y lo formaría nuevamente con una generación de hijos de ex-integrantes.


De izquierda a derecha: Alexander Valencia, Edison Bedoya, Pedro Jara, Osiris Ortiz y Manuel Ospina Jr.

En el año 2003, se da la oportunidad de grabar el volumen 6 en unión con un misionero de los Estados Unidos. Para esta ocasión serían Edison Bedoya, Wilfredo Caicedo, Amparo Villamil, Adriana Silva y Alexander Valencia los que harían parte de la producción y se contaría con la participación de Alfredo Puerta y Consuelo Serna.

A partir de este momento el grupo iría consolidándose de nuevo, e integrando a la mayoría de miembros que forman parte de él, dándose a conocer como "Ministerio Musical Abiel"

Actualmente el Ministerio Musical Abiel está conformado por:

Director, guitarra y voz: Edison Alberto Bedoya

Batería: Manuel Alejandro Ospina

Piano: Christian David Ospina

Bajo: Niger Mateo Caicedo

Coro:

Cesar Augusto Cruz,

Luz Amparo Villamil,

Maritza Villamil,

Nataly Cruz.


El Ministerio Musical Abiel quiere reconocer el trabajo de quienes dieron inicio a este ministerio, en el lugar donde se encuentren.

Manuel Ospina Jr. (Pereira - Risaralda)

Alexander Valencia (Palmira - Valle del Cauca)

Miryam Galvis (Bogotá - Cundinamarca)

Antonio Tabares (Washington DC - USA)

Winston Ríos (Venezuela)

Osiris Ortiz (Valledupar - Cesar)

Pedro Jara Jr. (Pereira - Risaralda)


Dufay Alzate y Edna Johana Agudelo (Islas Canarias - España)

Reconocimiento especial a Manuel Antonio Ospina Muriel (Fundador).

Y a todos los que de una u otra manera participaron y participan en este ministerio. Que Dios los bendiga.

Ministerio Musical Abiel (La Nueva Generación)


Tomado de Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús
http://www.ipnjcentralpereira.com/
  
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Producciones Musicales Grupo Abiel

Con Jesús yo viviré

01 Con Jesús yo viviré
02 No vagues por el mundo
03 Salmo 16
04 Él es el gran Yo Soy
05 Espíritu Santo
06 Sigue vivo
07 Popurrí de coros
08 Aquí estamos
09 Alabemos al Señor
10 Quiero sentir cuanto me ama
11 Háblame Señor
12 Gracias por su amor
13 Jerusalén


Él vive en mi ser

01 El vive en mi ser
02 Unidos
03 Triste vivía
04 Creo
05 Sentir de Dios
06 Tus bendiciones
07 Horas amargas
08 Quiero sentir
09 Débil soy
10 Rendido
11 Tú llegaste a mi vida

Amor de Dios

01 Pronto me iré
02 Te doy gracias
03 Sólo no estoy
04 Amor de Dios
05 Grande es el Señor
06 Mi Dios
07 Allí quiero ir
08 Gracia redentora
09 Pecador ven a Jesús
10 Llevas una carga
11 Oye Israel 


Salmos y Coros

01 Selección de coros
02 Salmo 5
03 Más grande que los cielos
04 Hay un gran río
05 Salmo 103
06 La mano del Señor
07 Lucas 1
08 Toda mi vida entregué
09 Te bendigo oh Dios
10 Celebraré
11 Oh Señor te ruego
12 Salmo 104
13 Con voz de júbilo
14 Y me seréis testigos
15 Admirable es Jesús
16 Dios está aquí
17 Jesucristo es real
18 Isaías 6
19 Quiero vivir para adorarte Jesús
20 Salmo 138
21 Vivo está
22 Evenu Shalom
23 Te alabaré
24 Alabamos al Señor
25 Él es mi paz
26 Shalom Adonai  


Siguiendo al maestro

01 Gracias por tu amor
02 Instrumento para honra
03 Confiado estaré
04 Siguiendo al Maestro
05 Tantas cosas
06 Coro
07 En el nombre de Cristo
08 A mi madre
09 Salmo 150
10 Eres mi protector
11 Tu gracia y bonda 


Tal como soy

01 No quiero volver
02 Tal como soy
03 Caminando con Jesús
04 Cristo es la luz divina
05 Renuévame
06 Sol de paz
07 Siempre vencedor
08 Cada día te amo más
09 Así es tu presencia
10 Hermoso amanecer

sábado, 11 de agosto de 2012

La Música en la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia


Iglesia Pentecostal Unida de Colombia

Por Eduardo Forero Peralta y Gerardo Murillo Rodas

Tomado del Capítulo 3 del libro Una Historia que no Termina, Tomo II, La Consolidación de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. Páginas 230-237. Primera edición © 2008 IPUC


Es un buen momento para hablar del papel que ha desempeñado la música en la iglesia.

Desde que se formaron las primeras congregaciones evangélicas en Colombia, el acordeón, el órgano y el piano, acompañaban las alabanzas del pueblo. En nuestra iglesia, la música ha estado al lado de la predicación del evangelio, desde sus comienzos. Por lo menos, cinco de las esposas de los misioneros: Abigaíl, Fayetta, Mollie, Grace Helen y Sallie, tenían alguna formación musical.

Campo Elías Bernal recordaba que lo que más le impactó la primera vez que observó un culto en Bucaramanga en el año treinta y siete fue <<ver  y oír a ese grupo como de diez personas cantando y a la hermana Abigaíl acompañando en un órgano de pedal>>.

En primera instancia fueron las esposas de los misioneros las que tuvieron a su cargo la dirección de la música de los cultos. Pero a medida que la iglesia colombiana fue creciendo, aparecieron los primeros exponentes nativos que al lado de los misioneros aprendieron a ejecutar algunos instrumentos como fueron: Jorge Blanco, María Laya, Carlos Fontalvo, Luis Carlos Fontalvo y Manuel Bernal. El mismo hermano Campo Elías Bernal recordaba que había aprendido a interpretar el piano con la misionera Grace Helen Ball. Así mismo, los hermanos Ospina dominaban algunos instrumentos, porque habían sido formados en la iglesia Unión Misionera.

Aunque en los himnos se mantenía un estilo muy solemne, poco a poco en los coros que se cantaban fue introduciéndose un aire musical más autóctono con ritmos colombianos como la cumbia y el paseo. También apareció la guitarra, un instrumento arraigado en la zona andina colombiana, y que era fácil de llevar a un culto al aire libre o a una vereda. Se recuerda a Alfredo Montenegro como ese evangelista que para todos lados cargaba su Biblia y su guitarra.

Hno. Alfredo Montegro
Y con la guitarra entraron aires populares propios del pueblo colombiano como el bambuco, la guabina, el bolero, etc.

En los años cincuenta aparecieron los primeros instrumentos de percusión sencilla. Los hermanos de la costa introdujeron al culto, como expresión de alabanza, las maracas, la charrasca, marimba de suncho, tumbadoras y cajas. Sin embargo se recuerda que cuando Alfredo Montenegro llegó a pastorear la iglesia central de Barranquilla, sus pequeños hijos tenían un grupo musical que usaba charrascas y algún otro instrumento para llevar el ritmo.

En esa época se formó en dicha iglesia un grupo de jovencitos que usaban también las maracas, la charrasca, etc. Luis Carlos Fontalvo comenzaba a hacer sus pinitos interpretando el acordeón. Juan Ángel Ríos recuerda que ocasionalmente junto con Luis Carlos Fontalvo y Orlando Suárez formaban un trió para cantar en las convenciones.

José Manuel Castro comenta que los primeros que llevaron tambores y maracas a la convención fueron los hermanos de Casacará, los cuales fueron invitados por el hermano Larsen para amenizar la alabanza en los cultos. Eso causó revuelo y comentarios en algunos que no estaban acostumbrados a ese tipo de expresión en el culto a Dios y seguramente les evocaba recuerdos de su vida mundana. Pero la iglesia estaba en un proceso de formación y todos esos elementos se estaban mezclando para darle en el futuro, un poco más de identidad.

Ya en 1962 se organizó el coro nacional con base en lo que había en las iglesias locales de Barranquilla, Armenia, y otros lugares. Mediante una convocatoria que promovió la hermana Mollie de Thompson, se le dio el nombre de <<coro nacional>>, porque en las convenciones se reunía para cantar. El cupo era limitado, así que las iglesias grandes (Barranquilla, Cali, Armenia, Medellín, Bogotá, Palmira, y Bucaramanga) tenían derecho a ocho cupos cada uno, en tanto que las otras, a cuatro. Las condiciones para pertenecer eran las siguientes: <<tener buena voz, virtudes de consagración, buen testimonio, espiritualidad y voluntad de cantar para el Señor>>.

Puede notarse que se le daba más importancia a lo espiritual que a los conocimientos musicales. El estado de desarrollo de la iglesia y los conceptos acerca del servicio a Dios, parecieran determinar estos criterios.

Muchos de los que hoy son líderes de la iglesia, se conocieron al formar parte del coro nacional y recuerdan con emoción la camaradería que se daba en los ensayos y el repertorio de aquel entonces. Los himnos más recordados son: <<Maestro se encrespan las aguas>>, <<Engrandecido sea Dios>>, etc.

Se han usado varios himnarios en el transcurso de la historia de nuestra iglesia: Himnos de la Vida Cristiana, Himnos de Gloria, Arpa y Voz de Salmodia y Lluvias de Bendición, que fue el que más afianzamiento tuvo. El énfasis de la himnología en el principio fue cristocéntrica y giraba en torno a doctrinas como la Gracia, la Redención y la Escatología.

En cuanto la forma la oficiar el culto, la dinámica era la siguiente: La lectura antifonal, dos himnos y dos coros, testimonios, la ofrenda y la exposición de la palabra.

En una ocasión el hermano Álvaro Torres recuerda que sintió de Dios comenzar el culto de una manera diferente. Así que lo inició invitando a cada uno de los asistentes a citar un verso de la Escritura. Pero Dios por su Espíritu guió a los hermanos para que dijeran, uno tras otro, versículos que hablaban del Espíritu Santo y después de tres o cuatro participaciones se derramó el poder de Dios en forma espontánea. De manera que esa experiencia fue una demostración que aunque el culto tiene un orden, sin embargo debemos dejarnos guiar por el Espíritu Santo para que Él haga lo que quiera.

En el año 1965 fue inaugurado el templo de la iglesia Central de Pereira, dedicación que estuvo a cargo del misionero Lewis H. Morley. En dicha inauguración se dio a conocer un trío formado por Omar Clavijo, su hermano Arly y Gustavo Rincón, jóvenes creyentes de esa ciudad. Estos se unieron y formaron el grupo, al que denominaron <<Los Heraldos del Rey>>. Los hermanos Clavijo habían sido cantantes de música popular de cuerda, pero cuando conocieron el evangelio decidieron poner ese talento al servicio de Dios.

Como Campo Elías Bernal les hiciera caer en cuenta, después de que cantaron en uno de los cultos de dedicación, que ya existía un cuarteto famoso llamado de la misma manera, les propuso que, para darle identidad y sentido de pertenencia al trío, le pusieran el nombre <<Los Clarines del Rey>>.

Los Clarines del Rey. El trío más antiguo de la IPUC. De izquierda a derecha: Amador Sánchez
(quien reemplazó a Arly Clavijo, uno de los pioneros), Gustavo Rincón y Omar Clavijo
Con ese nombre comenzaron a incursionar en las convenciones y confraternidades recorriendo todo el país. También estuvieron en Ecuador durante nueve meses colaborando en confraternidades y eventos evangelísticos que organizaron las iglesias.

Fueron usados grandemente por Dios y sus ritmos de bambuco, bolero y vals fueron conocidos en toda la iglesia en Colombia.

Motivados por Manuel y Noel Ospina, grabaron el primer volumen en Bogotá en 1967. El pastor Roberto Junkar lo patrocinó completamente.

En ese entonces no había consolas ni canales de grabación, sino que se grababa con muy pocos recursos técnicos. A propósito de esto, Omar Clavijo, en la misma entrevista recuerda que: <<Nos tocaba grabar desde que empezaba la canción hasta que salía la última nota sin derecho a equivocarnos, porque si no, se tenía que volver a empezar desde el principio… así que fue una jornada maratónica>>. [1]

Los hermanos de la época recuerdan con emoción algunas canciones que interpretaba el trío: El dulce nombre de Jesús, Era la Voz de Dios, Seguiré adelante, Iba Jesús predicando, Sé fiel ministro, El Rey de Israel, El Barco de salvación, En mi juventud y otros.

A través de estas canciones muchas personas llegaron a los pies de Cristo y muchos fueron renovados. Todo ello es prueba de que los alcances del ministerio musical no se pueden medir y que la música ha sido y es un medio importante que Dios ha permitido usar para la salvación de la gente.

De forma particular el hermano Omar Clavijo recuerda la conversión de un joven en plena plaza pública. Fue en la ciudad de Tuluá, en una <<campaña evangelística>> en el parque Caicedo, mientras cantaban el himno El Prisionero. El joven estaba borracho, pero de repente corrió hacia el lugar donde se celebraba el culto y cayó de rodillas, en señal de que se entregaba al Señor.

Era Gerardo Murillo, que llevaba tres días de estar ingiriendo licor. Pero escuchó ese cántico y Dios tocó su corazón. Enseguida se levantó de la mesa, pagó la cuenta, se despidió de sus amigos para siempre y corrió al centro del parque para entregarse a Cristo. No olvidemos que este joven había escuchado el evangelio por medio de su madre y su hermana, pero había sido rebelde al llamado de Dios. Hoy, Gerardo Murillo, quien es pastor y evangelista, recuerda con emoción, que lo que nadie pudo hacer, lo hizo Dios a través de una melodía cristiana interpretada por Los Clarines del Rey. [2]
  
  
Referencias

[1] Omar Clavijo. Entrevista concedida a Gerardo Murillo Rodas. Pereira, septiembre 23 de 2006.
[2] Gerardo Murillo Largacha. Entrevista concedida a Gerardo Murillo Rodas. Bucaramanga, octubre 28 de 2006.